A primeras horas del 25 de octubre de 1944, el segundo día de la gran batalla aeronaval del golfo de Leyte, las unidades kamikaze llevaron a cabo sus primeros ataques a gran escala.
En el mismo momento en el que los portaaviones de escolta y destructores norteamericanos de la Taffy 3 del contraalmirante Sprague libraban un combate desesperado contra el escuadrón naval del almirante Kurita, cinco Zeros kamikaze con escolta de cuatro cazas despegaban de Mabalacat. Los pilotos tuvieron una ceremonia de despedida a la que asistió el propio Onishi. El teniente Seki, líder del grupo, en un gesto de despedida que habría de ser muy recordado como típico del patriotismo kamikaze, entregó en mano a un oficial de estado mayor la suma de dos mil yenes con la petición de que fuesen enviados a Japón y dedicados a la construcción de nuevos aviones.