<<A las 03:00 [hora de Berlín] del 16 de abril de 1945, 40.000 cañones abrieron fuego simultáneamente. Es como si el valle entero se hubiera levantado y hubiera desaparecido. Todo el valle del Oder es sacudido durante el sueño. 40.000 cañones, es decir, un total de 333 cañones por kilómetro. En la cabeza de puente se puede ver como si fuera pleno día. El huracán de fuego alcanza los altos de Seelow. Parece que la tierra toca el cielo, en medio de un muro de fuego muy denso. Lo que no está sólidamente sujeto se cae de las estanterías y de los armarios. Rápidamente estamos cubiertos de polvo y restos. Ninguno de nosotros ha conocido antes algo similar, ni creyó que fuera posible. No hay escapatoria. La mayor concentración de artillería de la historia se encuentra directamente ante nosotros. Tenemos la impresión de que cada metro cuadrado de tierra va a ser volteado.>>
Así describió un subteniente alemán el brutal bombardeo soviético que empezó la última batalla decisiva de la Segunda Guerra Mundial en Europa, el asalto soviético a Berlín.