Explicábamos en la entrada anterior de esta serie como, durante la Primera Guerra Mundial, la Royal Navy decidió aceptar y desarrollar los primeros portaaviones a pesar de que, cuando se propuso la idea, por primera vez, en los años previos a la contienda, no había tenido demasiado éxito. En esta entrada expondremos, de modo resumido, los motivos por los que, una vez empezada la guerra, tuvo éxito esta nueva arma naval.
Despegar desde una lancha motora, una idea que no funcionó.
En primer lugar, el inicio de la guerra supuso un incremento de recursos. Si antes de la guerra el dinero disponible había sido empleado, fundamentalmente, para construir y modernizar los buques de la línea de batalla, según empezó a actuar la aviación naval los tácticos comprendieron que la nueva arma iba a hacerse un hueco en los combates antes del fin de la contienda y, consecuentemente, empezaron a destinar fondos a su desarrollo.