El 20 de mayo de 1882 Alemania, Austria-Hungría e Italia firman en Viena, la Triple Alianza, uno de los éxitos diplomáticos del canciller Bismarck. De todas formas, parece ser que, para el alemán, la inclusión de Italia era para evitar que esta quisiera atacar a Austria-Hungría por la espalda en caso de un conflicto con el Imperio Ruso. Si bien inicialmente era una declaración de intenciones sin mayor detalle, al renovarse en 1887 ya se empieza a plantear una cooperación militar seria. Por parte de Italia, tras su fracaso ante Francia en Tunez, tanteó a Berlín para formar una alianza contra su vecino galo.
Una de las crisis iniciales en la Triple Alianza fue en 1885. Las relaciones entre Italia y Austria Hungría ya llevaban tiempo siendo complicadas. En Roma se consideró una ofensa que el emperador Francisco José de Austria no le devolviera al rey Umberto I la visita que este le hizo en octubre de 1881. Y esas relaciones no mejoraron cuando los italianos, con el beneplácito de los británicos, ocuparon el puerto de Masawa (Eritrea). Desde Viena se comunicó a Italia que se esperaba que se retirase de allí a la vez que los británicos abandonaban Egipto. Evidentemente Roma se negó y requirió un gran esfuerzo de la diplomacia alemana calmar a ambas partes.