La segunda parte de esta historia comienza casi como la primera, con un ejército atravesando el istmo de Perekop y adentrándose en la península. Estamos a 24 de septiembre de 1941, y esta vez los invasores no pertenecen al Ejército Rojo, esos son los defensores; los atacantes pertenecen a la Wehrmacht alemana, que había iniciado la invasión de la unión soviética el 22 de junio anterior. Más concretamente al 11.º Ejército, comandado por el general Erich von Manstein.
“Crimea debe ser despejada de extranjeros y habitada exclusivamente por alemanes”, habría dicho Adolf Hitler el 19 de julio de 1941, cuando aún le sonreía la suerte. Lo cierto es que la península ejercía una especia de atracción para los germanos, tanto por su clima como por sus paisajes, y en base a una difusa leyenda que la situaría como origen de un pueblo ario, recibió el nombre de Gotengau.