En la compleja y amplia historiografía de la Segunda Guerra Mundial, más concretamente en la que se dedica al frente del éste, Járkov no es, precisamente, un nombre desconocido, aunque en ocasiones se presta a confusiones. Decir “batalla de Járkov” es referirse a cuatro acontecimientos dispares tanto en el tiempo como en la fase de la guerra: la conquista alemana, durante la operación Barbarroja, en 1941; las ofensivas soviéticas destinadas a recuperarla en 1942; la maniobra lateral de Manstein y el gran contraataque contra la operación soviética Pequeño Saturno, en el invierno de 1942-43; y finalmente la reconquista definitiva de la ciudad durante las ofensivas soviéticas posteriores a la batalla de Kursk.
En lo que al momento se refiere, hubo “batallas de Járkov” en 1941, 1942 y 1943, dos veces en este último año, pero lo más importante es la fase de la guerra en la que se desarrollaron pues en 1941 la ciudad del tractor fue testigo del imparable avance de la Wehrmacht, en 1942 de la lucha por la iniciativa, y en 1943 de la madurez del Ejército Rojo, que si bien fue derrotado en la primera ocasión, iniciaba con la cuarta “batalla” la reconquista definitiva de su espacio nacional y el proceso que lo llevaría hasta Berlín.