En la tarde del 26 de septiembre de 1944 un avión de transporte aliado despegó del aeródromo de Maison Blanche, en Argel, para dirigirse hacia el norte. Era ya noche cerrada cuando el aparato, tras haber sobrevolado el mediterráneo, llegó sobre tierras italianas más o menos a la altura de Génova. Siempre hacia septentrión, el bimotor llegó a la altura del lago de Orta, el más occidental de los lagos del norte de Italia. Entonces empezó la Operación Chrysler, cuyo objetivo era dejar en tierra a la misión Mangosteen (Mangostán).
La unidad de paracaidistas que saltó del avión estaba formada por ocho hombres. Al mando estaba el comandante William Holohan, del OSS (Office of Strategic Services, “Oficina de Servicios Estratégicos”) norteamericano. Junto a él saltaron los tenientes Victor Giannino, segundo al mando, y Aldo Icardi, oficial de inteligencia; el sargento Carlo Lo Dolce, operador de radio; dos partisanos italianos llamados Gianni y Tullio Lussi (también conocido como Capitán Landi, perteneciente a la organización de resistencia de Di Dio); así como el sargento Arthur Ciarmicola, experto en armas; y “Red”, un operador de radio italiano.