Hoy veremos la tragicómica situación que vivió el teniente Bauer, capitán del U-126, y la suerte que el destino le deparó a él, a su buque y al corsario alemán Atlantis en aguas del Atlántico Sur.
U-68 con la tripulación del Atlantis
Hacía muchas semanas que el U-126 había partido de la base de Lorient para su área de operaciones en las rutas comerciales del Atlántico Sur. Tras una larga patrulla se hacía necesario repostar combustible y provisiones. Se concertó la cita a 350 millas al norte de la Isla Ascensión. Su proveedor iba a ser nada más y nada menos que el célebre crucero auxiliar Atlantis, el corsario que al