1.- EL CAMINO HACIA LA GUERRA.
Qué duda cabe que el pacto Ribbentrop-Molotov pudo ser el origen de esta historia. El 30 de noviembre de 1939, aprovechando los acuerdos firmados entre ambas superpotencias, la Unión Soviética entró en guerra con Finlandia. Fue la guerra de invierno, que demostraría a unos que el Ejército Rojo era una estructura que podía ser derribada de una patada, y a otros que, desde luego, era necesario reformarlo en profundidad.
La llamada “Guerra de Invierno”, si bien concluyó en victoria para los soviéticos, no fue el paseo militar que todo el mundo había esperado. Stalin tuvo que firmar una paz que, aunque dura para los vencidos finlandeses, no satisfacía sus objetivos; Alemania se dio cuenta de que toda Escandinavia había sido desestabilizada y acabó invadiendo Noruega para asegurarse el puerto de Narvik; y las potencias occidentales fracasaron, tanto a la hora de ayudar a Finlandia como a la hora de cortar el suministro de mineral de hierro sueco a Alemania.