IV.- Paren la Guerra que me Apeo.
La retirada del Heeresgruppe Nord, alemán, a la posición del Luga, en febrero de 1944, abandonando sus posiciones en torno a Leningrado, supuso el principio del fin de la “Guerra de Continuación”, pues a partir de entonces el frente finlandés quedó completamente abierto a las ofensivas del Ejército Rojo.
Ya hemos comentado, en una entrada anterior, los medios de que dispusieron los alemanes –además de las amenazas o las falsas promesas- para presionar a los finlandeses a fin de que estos siguieran en guerra. Sin embargo no debemos embarcarnos en la última fase de la participación finlandesa en la guerra sin mencionar cómo podían los finlandeses presionar a su vez a sus compañeros de armas, pues dispusieron de una herramienta sumamente importante: el suministro, que fue, a fin de cuentas, la que impidió que los alemanes se plantearan hacerse con el país.
Debe recordar el lector que eran los alemanes quienes sostenían el frente en el centro y el norte de Finlandia. Estas tropas, alrededor de 200.000 integrados en el XX Gebirgs-Armee, recibían la mayor parte de su suministro desde los puertos finlandeses del Báltico, y en mucha menor medida, por la costa Noruega o por la Reichstrasse 50, que iba de Narvik a Petsamo/Pechenga; de modo que si Finlandia abandonaba la guerra repentinamente, podían quedar aislados. Para esta eventualidad Hitler había aprobado varios planes, entre otros la operación “Tanne”, para la retirada de estas tropas hacia Noruega, pero también había ordenado que se acumular suministros y munición para ocho meses, convirtiendo al XX Gebirgs-Armee en el ejército mejor surtido del mundo.