No solo de los detenidos mana información relevante. A lo largo de la jornada el Ministro austríaco en BELGRADO informa de que ha averiguado que los asesinos han sido educados políticamente en dicha capital; donde se están multiplicando los vituperios contra Viena y empiezan a aparecer pasquines por las calles que denuncian el exterminio de serbios en Bosnia Herzegovina a manos de los austríacos.
Y no solo la calle, sino también las instancias políticas serbias hacen aumentar la tensión. Nuevamente es el Ministro austríaco quien se ve obligado a informar a su gobierno durante esta tarde de que si bien el día anterior, 28, se habían suspendido los actos oficiales en recuerdo del héroe nacionalista serbio Milos Obilic, las seis semanas de luto oficial habituales en el Estado Serbio han sido reducidas a tan solo ocho días; y el Barón Nicolai Hartwig, Embajador Ruso en BELGRADO, ha sumado el desinterés a la falta de respeto renunciando a cancelar la fiesta nocturna prevista en su residencia para la noche del 28. Mientras Austria llora, la legación rusa ríe y baila.