En Occidente la idea de la guerra santa se desarrollaba bajo la égida del papado. Fueron los ataques musulmanes los que hicieron tomar las armas a los cristianos.
Pero a mediados del siglo XI el peligro musulmán casi había desaparecido. En España, el norte de África y en Sicilia los estados musulmanes se disgregaban. En el 1058, en ocasión de la primera alianza entre los normandos y el papado, los primeros rindieron a éste en homenaje que poseían o que obtuvieron el derecho de conquistar. Entre ellos estaban los que se proponían conquistar sobre los musulmanes de Sicilia, lo que destaca de esto es que encontramos que el papado dio su bendición a una campaña ofensiva contra el Islam (además con esta maniobra también volvería a vincular a los cristianos griegos de la Italia meridional con Roma).