EL SEGUNDO DIA
El 2 de julio amaneció lleno de promesas. Ambos ejércitos se estaban reforzando y, a pesar de que ya para entonces, como sucedería en 1914, el ataque era mucho más mortífero que la defensa -y a pesar de que el mismo había ordenado a sus subordinados no provocar un enfrentamiento general- Lee decidió que allí estaban y que allí combatirían. Decidió pues atacar, lanzando una pinza contra cada flanco del ejército federal.
Por un lado, encomendó al Cuerpo de Ejército del General Richard Ewell, que había llegado desde el norte, que atacara tanto en Cemetery Hill, donde esperaban las tropas de Howard, como en Culp´s Hill, punto de anclaje del ala derecha federal. Mientras tanto, en el extremo opuesto del campo de batalla, el Cuerpo de Ejército del General James Longstreet, el “viejo caballo de batalla” de Lee, debía asaltar los “round tops” y el extremo sur de Cemetery Ridge (no confundir la cresta con la colina).