Al final, por supuesto que sí, pero no tan pronto.
A lo largo del día 30, los alemanes siguieron atacando en todos los frentes, para encontrarse ante una férrea y determinada resistencia francesa. En el sector de Loos la División Marroquí contuvo todos los asaltos; mientras que en Haubourdin la 5ª División de Infantería Nord-Africana, aunque tuvo que retirarse un poco, finalmente solo perdió un centenar de metros. La acción más violenta de la jornada, por otro lado, tuvo lugar en el sector de la 2ª División de Infantería Nord-Africana, donde aunque inicialmente los alemanes consiguieron tomar varios puntos defensivos, estos fueron recuperados mediante varios contraataques, tan furiosos como inesperados. Estos logros, al sur del río, no tuvieron su equivalente al norte de la corriente, donde combatían algunos de los soldados que habían protagonizado el intento de ruptura que ya hemos narrado. Mediante violentos asaltos los germanos consiguieron trocear los núcleos de resistencia sitos en Lambersart y Canteleu, aunque no consiguieron acabar con todos los defensores, y algunos pequeños grupos siguieron combatiendo hasta el día siguiente.
En realidad, el 31 de mayo fue el último día de resistencia en todos los sectores. Los hombres estaban agotados, la munición era cada vez más escasa, y los alemanes no cesaban en sus ataques; y aunque Loos y Haubourdin aún resistían, Canteleu y Lambersart (entre otras localidades) acabaron por caer. Al final de la jornada la situación era tal que el General Molinié aceptó recibir a un parlamentario alemán, y ante la promesa de que se les rendirían honores si capitulaban, el general francés, finalmente, cedió. El cese el fuego tuvo lugar a las 20:00, y la orden de rendición definitiva se emitió a las 00:00 del día 1 de junio.