En la primavera de 1859 Dahlgren apeló directamente al Secretario de Marina Isaac Toucey para que le permitiera proceder a la investigación y desarrollo de la artillería estriada.
Dahlgren completó los diseños de tres calibres diferentes de cañones, patentó un diseño de un proyectil alargado para artillería rayada, y adquirió tres pequeños cañones de hierro estriados, principalmente para verificar los cálculos relativos a las dimensiones y para estudiar la inclinación del cañón y la longitud de la perforación, así como dos cañones de 5 pulgadas para probar varios proyectiles.