Ratas de Tobruk – Bichos

Las ratas, por supuesto, no eran el único problema, en lo que a alimañas se refiere.

Otro problema eran las pulgas. Las había por todas partes y eran capaces de resistir todos los modos tradicionales de acabar con ellas, como los insecticidas o el queroseno. Bunny Cowles contó todas las que mató en dos días: fueron 23, las aplastó con las uñas de sus dedos. Pero uno no podía pasarse el tiempo matando pulgas, en algún momento tenía que descansar y entonces, estas se cebaban: “las pulgas eran tan agresivas que cuando uno se levantaba por la mañana, tenía el pijama recubierto de puntitos de sangre”, sigue diciendo Bunny Cowles.

La zona cercana a la costa solía estar menos infestada, pero era una franja de terreno muy, muy exigua.

Otro de los que tuvo ocasión de <<disfrutar>> de ellas fue John Devine, quien recuerda que: “lo intentamos todo –airear la ropa de cama, rociarla con queroseno, cubrirlo todo, incluidos nosotros mismos, con insecticida, encender hogueras en el suelo- pero nada parecía aliviar el problema”.

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