Si la jornada del 28 había sido de resistencia, la noche iba a ser testigo del último gran intento de ruptura de la bolsa y retirada hacia Dunkerque de las tropas francesas.
Parece que la iniciativa partió del general Dame, al mando de la 2ª División Nord-Africana, recibiendo inmediatamente el respaldo del General Molinie. Una vez tomada la decisión, había dos opciones para ejecutar la salida: o bien concentrar todas las tropas en un único eje, lo que tendría la ventaja de dar más fuerza al ataque, pero tenía en contra tanto la dispersión y parcelación de las unidades cercadas como la posibilidad de que los alemanes se concentraran en un solo punto para cerrar el camino de salida; o bien atacar en varios puntos, desconcertando a los alemanes y aumentando las posibilidades de que, al menos una parte de las tropas, consiguieran escapar hasta la costa.
Finalmente se optó por la segunda opción, se eligieron tres vías y se organizaron tres agrupaciones: una, en torno a la división de Dame, será la principal, que tendrá que cruzar el río por Sequedin y avanzar hasta Armentieres: otra, secundaria, a su izquierda, la protagonizará la 5ª División Nord-Africana, bajo el mando del General Mesny, y la tercera quedó a cargo del General Juin, al frente de la 15ª División Motorizada.