Durante el siglo XX algunos países europeos fueron reconocidos y aplaudidos por la calidad de las armas que fabricaban. Uno de estos países fue Checoslovaquia, el cual diseñó y produjo alguna de las armas más utilizadas del siglo.
Su industria armamentística superó incluso el periodo de la Segunda Guerra Mundial y acabó suministrando durante la Guerra Fría modelos fiables, robustos y de gran simpleza. En la década de 1920 y 1930 las armas ligeras de Checoslovaquia eran muy apreciadas y con el estallido de la Guerra Civil Española el gobierno de la Segunda República intentó importar este material desde tan lejanas fronteras.