Como hemos ido viendo a lo largo de estas entradas dedicadas al carro de combate Sherman en acción y al consiguiente adiestramiento de sus tripulantes, nada quedaba nunca al azar. Ahora, progresando, tal y como planeábamos inicialmente, por el camino del entrenamiento de los carristas, del puesto individual a la sección de cinco tanques, vamos a fijarnos en las distintas formaciones utilizadas por esta durante la marcha.
La más básica era sin duda la columna, con los cinco carros de combate situados uno tras otro, con el del jefe de la sección en cabeza. Como es lógico, esta se empleaba para los desplazamientos por carretera, siempre detrás del frente, cuando el contacto con el enemigo era muy improbable o –qué duda cabe– cuando a causa de la configuración del terreno, no quedaba más remedio. Normalmente, se dejaban unos 13 m entre un vehículo y otro, el doble si existía riesgo de toparse con el oponente. Las desventajas de esta formación eran fundamentalmente dos: escasa potencia de fuego hacia el frente, ya que esta se limitaba, fundamentalmente, al carro de cabeza, y flancos largos y vulnerables. Las ventajas eran que permitía avanzar con rapidez y facilitaba los cambios de dirección. Los jefes de sección experimentados solían asegurarse de que durante este tipo de avance las torres de los carros se repartieran para apuntar en todas direcciones.