En el verano de 1674, cuando los holandeses eran aliados de España y de Austria contra la Francia de Luis XIV, los sicilianos se rebelaron contra los españoles y solicitaron ayuda a Francia.
Luis respondió de inmediato. Gracias al genio de su ministro Colbert, nunca antes había sido su marina tan poderosa y en los primeros meses de 1675, su escuadra había pasado por encima de cualesquiera unidades locales que hubiese podido interponer España y había ocupado Mesina, apoyando a los rebeldes con su presencia. España solicitó ayuda a Holanda y el almirante de Ruyter, que por entonces tenía 68 años, fue enviado al Mediterráneo con 18 navíos de línea y cuatro brulotes.