Esta formación humanista caracteriza el pensamiento de Maquiavelo, quien se imbuye del pensamiento clásico para desarrollar sus ideas.
De este modo, el modelo de ejército que el autor propone (especialmente en su obra de carácter militar Del Arte de la Guerra) se inspira muy fuertemente en las dos formaciones de combate más poderosas de la Antigüedad: la falange griega y la legión romana. Su especial admiración hacia la Roma republicana y su devoción por recuperar la virtus latina serán las responsables de su férrea defensa de desarrollar un ejército de ciudadanos, llegando a hacer en su obra Discursos sobre la primera década de Tito Livio la chocante afirmación para su época de que la construcción de fortalezas es completamente innecesaria si se cuenta con el afecto de los súbditos.