El ataque.
En nuestra entrada anterior hicimos alguna breve mención al proceso de planificación de la operación Weserübung Süd, la invasión alemana de Dinamarca, centrándonos en los problemas de mando que ocasionó aquella operación trifibia y obviando la planificación operativa y táctica del ataque por un motivo muy concreto, las operaciones se desarrollaron, prácticamente, como se habían previsto.
Así pues, podríamos empezar nuestra historia el 8 de abril de 1940, con la llegada a Copenhague de un interesante turista, el general Himer, cuya misión es doble. Por un lado, “visitar” la ciudadela de la ciudad, donde se aloja la Guardia, pero no para maravillarse ante la belleza del edificio sino para evaluar cuál es su punto débil. La esquina suroeste, concluirá. Hay que decir que nuestro visitante no es el primero que se dedica al turismo interesado. Ya el día 4 otro oficial había pasado por la capital danesa con la misma misión. Luego hablaremos de él. Sin embargo, Himer tiene también otros objetivos y en torno a las 23.00 horas se persona en la embajada alemana con instrucciones muy precisas para el embajador Renthe-Fink con respecto a los acontecimientos que van a tener lugar al día siguiente; además, informa a Berlín de que el puerto, tal y como se esperaba, está libre de hielo.