Sin duda, el “glamour” de la torre de un carro de combate es inevitable, allí se maneja el cañón que destruye al enemigo y se dan las órdenes que hacen maniobrar el carro de combate, pero en esta serie de entradas que estamos dedicando al estadounidense Sherman [capítulo I, capítulo II, capítulo III], no podemos olvidar lo que pasa dentro del chasis del carro, donde se sitúan dos tripulantes singularmente importantes, ya que de ellos dependen elementos tan vitales como la derrota que va a seguir el blindado y la protección cercana contra la infantería.
El primero de nuestros protagonistas, sentado en el lado izquierdo de la caja, es el conductor: Driver, que aunque sigue órdenes del jefe del carro, debe ser capaz de determinar por si mismo el itinerario a seguir, obteniendo del terreno circundante la máxima protección a la vez que consigue que el carro esté siempre en condiciones de poder disparar contra el enemigo, es decir, ocultando el casco pero dejando la torreta por encima de los obstáculos en todo momento.