El final de la campaña de África supuso un hito importante en la historia de una de las fuerzas más emblemáticas de la misma, el Long Range Desert Group británico, una pequeña fuerza de exploradores y hombres de acción que surcaron las vacías inmensidades del Sáhara para llevar a la guerra a la retaguardia del ejército italo-alemán en un juego del gato y el ratón que les proporcionó dolorosos fracasos, pero también éxitos extraordinarios.
Cuando África terminó, surgió la necesidad de dar un empleo a una unidad que no podía ser disuelta sin más. La preparación de sus componentes, la cohesión de las patrullas y las extraordinarias dotes de sus mandos lo hicieron inviable. Lo que había que hacer era darles otra misión, y así fue como los jinetes del desierto cambiaron las inmensidades arenosas de África por las prístinas olas del Egeo.