Durante la jornada de ayer, como vimos en su momento, han tenido lugar dos acontecimientos fundamentales: Rusia se ha comprometido con Serbia hasta el punto de iniciar los preparativos para movilizar; y Serbia ha movilizado, antes de entregar su respuesta al ultimátum; respuesta que –era de esperar- ha sido considerada insatisfactoria por Austria-Hungría.
Veamos ahora cómo ha reaccionado hoy Europa ante estos acontecimientos.
En SAN PETERSBURGO el embajador Spalajkovic está exultante, 1.700.000 efectivos –comunica a su gobierno- están movilizando los rusos, con la intención de iniciar una enérgica ofensiva contra Austria-Hungría en cuanto esta ataque a Serbia. Como bien sabemos esto no es cierto aún, pero él no se desanima por tan poca cosa, es más, casi parece echar piedras contra su propio tejado cuando informa a los Rusos de que los serbios lucharán como leones, y que tal vez podrían ser capaces incluso, ellos solos, de derrotar a los austro-húngaros. Su postura queda aún mejor definida con un cable que envía durante el día de hoy a su gobierno: desde su punto de vista tienen una magnífica oportunidad de conseguir por fin la total unificación de los pueblos eslavos del sur; parece evidente que cualquier concesión austríaca de última hora va a estar fuera de lugar.