El 2 de noviembre de 1944, cuando casi 1.000 bombarderos de la Octava Fuerza Aérea estadounidense, escoltados por más de 600 cazas P-51 y P-38 aparecieron en dos grupos sobre el territorio del Reich, despegaron casi 500 interceptores de la Luftwaffe en su busca, de los que 61 eran Fw 190 pertenecientes a dos Sturmstaffeln.
Los Rammjägers reclamaron 30 bombarderos de un total de 80 aparatos destruidos (las cifras norteamericanas solo reflejan la pérdida de 40 cuatrimotores, aunque acredita no menos de 24 a este tipo de grupos de ataque cercano), uno por embestida del teniente Werner Gerth, que murió por fallo de apertura en el mecanismo de su paracaídas después de que colisionase deliberadamente con un B-17. Se perdieron 30 de los 61 Rammjägers que participaron en el ataque.