El U-47 estaba ahora a 3600 metros de su presa, en posición para un golpe definitivo. Los cuatro tubos de los torpedos de proa estaban apuntados a las siluetas de los dos barcos británicos, y Prien dio la orden de abrir fuego.
HMS Royal Oak
Se oyó el silbido de la presión de aire y el submarino retrocedió un poco por acción de la descarga. Los segundos transcurrieron lentamente mientras los torpedos cubrían la distancia que los separaba de su blanco. Tres minutos más tarde, un solitario torpedo estalló inofensivamente, contra la proa del Royal Oak o la cadena de su ancla. Decepcionado, Prien hizo dar la vuelta a su submarino y mientras lo hacía, disparó su torpedo de popa, que también falló el blanco.