Empezamos el nuevo año con un artículo de Esaú Rodríguez. En el siglo XIX, mandar a un hijo al servicio militar significaba que pudiera volver del mismo herido, lisiado o muerto, y ante esta perspectiva, las familias harían lo que fuera necesario para evitarlo, incluido pagar al ejército o a otra persona para ahorrarles este trance.
Para entender el porqué del desaliento de una familia para mandar a su hijo al servicio militar, y la búsqueda de cualquier medio para evitarlo, baste el que nos detengamos en uno de los conflictos que tuvo España en el S. XIX: la guerra que enfrentó al Reino de España con el marroquí a mediados de este siglo. El ejército español estuvo formado por unos 45000 hombres, y durante los 7 meses que se mantuvo la contienda (octubre de 1859 a finales de mayo del año siguiente) falleció un 9% de la tropa (4000 hombres), y tuvo unos 5000 heridos.