Tras recibir el informe de su embajador, Lord Grey, que en este momento no está interesado en acusar recibo de los movimientos militares rusos para poder seguir actuando sin presiones, deja a Buchanan sin instrucciones con respecto a si debe seguir los acontecimientos o no; y en consecuencia el embajador tampoco hace indagaciones.
Mientras Grey contemporiza, el Conde Karl Max Lichnowsky, embajador austríaco en LONDRES, se reúne con el Subsecretario de Asuntos Exteriores Sir Arthur Nicolson, llevándole un telegrama de su gobierno en el que se le informa de que Rusia parece estar llamando a determinadas quintas de reservistas, es decir, está movilizando.