El rey Harold había salido airoso de la batalla de Stamford Bridge, los noruegos habían sido destruidos y sus restos habían embarcado de nuevo rumbo al norte.
Harold también tuvo pérdidas de importancia, lo que tendría serias consecuencias de cara al enfrentamiento que se avecinaba con Guillermo. Éste ultimaba preparativos para navegar a las islas. Sus fuerzas ya estaban listas a primeros de agosto, pero por alguna razón no zarpó. Y luego a mediados de septiembre no pudo debido a los vientos contrarios de la mar. El 27 de septiembre finalmente roló el viento al sur y la flota zarpó, desembarcando al día siguiente en Penvensey.