DUNKERQUE. Apenas amanece cuando los altos miembros el gobierno francés suben a bordo del gran buque que los llevará a San Petersburgo. Para Poincaré el viaje va a ser la ocasión de tranquilizarse un poco, tanto de alejarse de los ajetreos de París, donde está a punto de empezar el juicio de la Sr. Caillaux, esposa del ex-Primer Ministro Joseph Caillaux, acusada de haber asesinado de seis tiros a Gaston Calmette, editor de Le Figaro, y cuyo marido amenaza con “tirar de la manta” si la condenan; como de los de las cámaras, donde Georges Clemenceau, a la sazón en la oposición, está orquestando duros ataques al gobierno con el fin de lograr la reducción del presupuesto de defensa.