Tras el primer informe emitido tras el desembarco (que puede leerse en su primera, segunda y tercera parte), Rommel pasó a ser un tanto más sucinto, tal vez abrumado por el tráfago diario de su cuartel general y por el aumento de las dificultades planteadas por las acciones de los aliados occidentales, especialmente su fuerza aérea.
Así, el 19 de junio, escribía:
Mi estimación general de la situación es la siguiente:
El enemigo ha traído a Normandía unas 25 divisiones [se equivocaba por dos] así como gran cantidad de tropas de Cuartel General y las ha desplegado en una cabeza de puente que va del [río] Orne a Montebourg. Ha llevado a cabo su plan de aislar la parte norte de la península de Cotentin, a fin de hacerse con la posesión de Cherburgo. Entre el [río] Orne y el [río] Vire, el enemigo, con dos importantes concentraciones, sigue con sus intentos de crear una base de partida para atacar hacia el interior de Francia, especialmente en dirección a París [en realidad, la capital francesa nunca llegó a ser un objetivo militar hasta que las circunstancias políticas iniciaron el movimiento hacia la misma, las tropas aliadas tenían previsto girar hacia el este por el norte de dicha ciudad].