SAN PETERSBURGO. Lo que ha sucedido desde el principio con la movilización parcial rusa es que es una entelequia. Propuesta por Yanushkevich y aceptada por Sazonov como paso intermedio, en realidad el primero no dijo nunca y el segundo no indagó, sobre si esta posibilidad existía realmente o no. Y lo cierto es que no existía. Como ya hemos ido adelantando, en 1914 una movilización exigía un ingente esfuerzo de transporte. Los hombres tenían que ser trasladados a sus puntos de reunión, así como los uniformes, las armas, los pertrechos y los suministros; luego tenían que ser equipados y formados en unidades, y después estas unidades debían ser enviadas a un punto concreto del frente. Y todo este esfuerzo logístico se hacía, fundamentalmente, en tren.