Cuando hablamos de los blindados en el Periodo de entreguerras tenemos que hacer referencia a la Guerra Civil Española (1936-1939). Como todos sabemos, los campos de batalla de España se llenaron de blindados y se ensayó a gran escala la guerra mecanizada que alcanzará su zénit durante la Segunda Guerra Mundial.
En este conflicto, las potencias extranjeras contaron con un papel destacado en lo que se refiere a suministración de material. Los Panzer I alemanes o los Fiat 3000 italianos fueron de gran ayuda para los sublevados, al igual que los T-26 y BT-5 soviéticos o el Renault FT-17 francés para los republicanos. De estos vehículos hablaremos en próximas entregas.
En los diferentes frentes hubo gran variedad de blindados de fractura hispana. El vehículo más antiguo usado en la contienda fue el Trubia A4 que se planteó tras la Guerra de Marruecos y guarda gran parecido con el Renault FT-17. Originalmente montaba un motor de la Compañía Hispano-Suiza, pero posteriormente se modificó por un motor Daimlier para conseguir mayor potencia. Frente a su hermano francés, el Trubia introduce una torreta dividida en dos que permite mayor operatividad y manejo de dos armas de manera simultánea. El vehículo montaba dos Hotchkiss M1914 de 7,7 mm. De este modelo se fabricaron cuatro prototipos, tres quedaron en manos nacionales y uno en manos republicanas. Este último será inutilizado en la batalla de Oviedo (septiembre de 1936). El resto serán desguazados tras la contienda.
De la fábrica de Trubia (Asturias) viajamos a Barbastro (Huesca). En el taller de D. Constancio Ramiz se fraguó un prototipo con orugas de tractor, motor de camión americano y blindaje con restos de chatarra. Pese a los materiales resultó efectivo y el gobierno republicano se intereso en él. Con la financiación gubernamental se modificaron el motor por un Ford V y el arma, pasando de un cañón de 20 mm a dos ametralladoras de 7 mm. De los tres modelos fabricados se cree que solo uno entró en combate con el Cuartel General del Ejército del Este.
También en Aragón aparece el blindado Mercier. Elaborados en diferentes talleres de la región engrosaron las filas nacionales en la batalla del Ebro (julio a noviembre de 1938). El blindaje de este vehículo era escaso, ya que sólo estaba cubierto con planchas de hierro, y su armamento con el que contaba estaba en la torreta (Hotchkiss de 7 mm). Muy parecido al Mercier es el vehículo Bilbao con algo más de blindaje (hasta 10 mm) y fabricado durante la década de los 30. Continuamos con el ingenio hispano y del mismo taller que el Mercier aparece el vehículo Aragón. Éste estaba compuesto por unas orugas de tractor carterpillar y dos ametralladoras Hotchkiss de 7mm. Su valor militar fue escaso y no se produjeron en demasía.
Aunque parezca que el ingenio de la guerra blindada era únicamente aragonés, el último modelo hispano que apareció en combate fue el blindado ligero Verdeja. Este vehículo fue diseñado por el capitán de artillería Félix Verdeja usando restos de otros blindados disponibles en la Agrupación de Carros de Combate nacional de Cariñena (Zaragoza). Este prototipo fue diseñado en el año 1938 contaba con dos ametralladoras Dreyse de 7,92 mm y un cañón de 45 mm. Durante este periodo se llegaron a desarrollar otro prototipo más y un vehículo autopropulsado. Finalmente, el proyecto Verdeja fue cancelado y, cuando quedaron en desuso los Panzer I A y los T-26, se optó por el blindado estadounidense M47 Patton en 1954.
Sin duda, en este artículo hemos podido ver como el ingenio hispano hizo como con muy pocos medios se produjesen blindados de cierta calidad que podían cumplir sus cometidos en el frente. Tras esta aventura en tierras hispanas y con la Guerra Civil finalizada en abril de 1939, nuestro recorrido nos lleva a la frontera germano-polaca en septiembre de ese mismo año.
Viene de Uso de vehículos de combate en la historia (XIII) – Teóricos del arma blindada
Sigue en Uso de vehículos de combate en la historia (XV) – Polonia 1939
¿Vehículos de «fractura»española? Digo yo que será «factura».