El Puesto de Observación Tango 2, a 4 km. de la ciudad bosnia de Tuzla, no era el mejor lugar para pasar la noche del 29 de julio de 1994. Eso lo saben los oyentes de Histocast, y lo sabían bien los cascos azules suecos que, parapetados allí, sufrían el bombardeo de la artillería serbobosnia de la Brigada Sekovici desde las 22hs. Desde octubre del año anterior ya llevaban 28 bombardeos sufridos en la posición. Los suecos llamaron al cuartel general del Batallón Nórdico 2 de la UNPROFOR (Fuerza de Protección de la ONU) en Bosnia para pedir refuerzos. Pronto llegaría la caballería.
El TCol Lars Moller. Boina azúl de la ONU. Puro de hombre duro.
Y esta vendría liderada por un danés: el teniente coronel Lars Moller. Una persona sin pelos en la lengua, que fuma puros y había sido campeón nacional de karate. Habla inglés con algunas palabras americanas, aprendidas durante las maniobras conjuntas con ellos, pero con acento de aristócrata inglés. Ante una nueva provocación serbobosnia, decide tomar medidas expeditivas. Cuenta con un escuadrón de carros de combate Leopard I del Jydske Dragonregiment de las fuerzas armadas danesas para apoyar a los suecos. Aunque sus tanques estén pintados de blanco, como todo vehículo de la ONU, están armados y prestos a dar una lección. No podrá contar con apoyo aéreo, pues su solicitud ha sido rechazada.
El plan es el siguiente: Moller, con 6 Leopards y un TOA se dirige al pueblo de Saraci, a la vista de la artillería serbia. Su segundo, el mayor Carsten Rasmussen, se dirige a Tango 2 con 4 Leopards y otro transporte. Aunque es de noche, los vehículos de los cascos azules van con los faros encendidos tal y como indican las reglas de enfrentamiento. Las tropas serbobosnias, tan pronto los ven, empiezan a dispararles con fuego de artillería de campaña y morteros.
El destacamento de Rasmussen llega a Kalesija, un pueblo cercano a Tango 2, y envia dos tanques al Puesto de Observación, dejando los otros dos protegidos en el pueblo. Moller permanece en Saraci, cuando empieza a recibir fuego de misiles antitanque RPG. Harto de la situación, ordena lanzar 4 disparos de advertencia. Al ver que el ataque contra ellos no cesa, decide que sus tropas respondan al fuego. Los primeros tiros inutilizan un cañón de 40mm, destruyen un puesto de observación enemigo y dañan un bunker.
Los daneses deciden cesar el fuego para ver si el bombardeo sobre Tango 2 cesa, pero tras media hora de aparente tranquilidad, cuando los Leopard de Rasmussen empiezan a moverse hacia Saraci, los serbios vuelven a las andadas y renuevan el bombardeo. Moller no lo duda y ordena reiniciar las hostilidades. Durante 15 minutos los daneses disparan sin parar cuando una gran deflagración ilumina la noche. Un disparo alcanza un arsenal de municiones serbio, haciéndolo volar por los aires. Los serbios reaccionan, enviando 3 tanques T-55. Según algunas versiones, los daneses respetaron las reglas de enfrentamiento al no ver en sus visores térmicos calor en los cañones de los T-55, pues la ONU solo permitía atacar a quien fuera cogido disparandoles. Fuentes italianas hablan de que los carros serbios fueron dañados al ver los daneses que iban a atacarles. Según Moller: “la emboscada fue un mal yuyu por su parte. No estamos aquí para recibir fuego. Por suerte para ellos, no estamos para involucrarnos. Podríamos haberlos destruido y llegar a Zvornik. (…) La ONU no debe doblegarse ante esta gente. Una vez lo haces, pierdes tu dignidad y, aún peor, el otro te la seguirá jugando. En los Balcanes has de sacar pecho”.
Los serbobosnios confirmaron 9 muertos. Moller, en su informe, definió la actuación serbia así: “fue una emboscada, y una buena de verdad. Tango 2 era el queso y nosotros el ratón, pero esta vez el ratón se comió al gato”. También, cuando en el informe ante la ONU se le preguntó por qué habían realizado 72 disparos, el teniente coronel respondió: “¡¡Por que nos quedamos sin munición!!”. Al final se le envió de vuelta a casa por ser “demasiado agresivo al responder al fuego”. Volvía con el honor de haber comandado la primera acción de combate de tropas danesas desde 1943.
Y le mandaron a casa por demasiado agresivo. Y así le fue a la ONU en Bosnia, se cubrió de KK. La historia de estos carros es muy interesante porque tardaron en llegar a Bosnia meses y meses, ya que los servios se oponían a su despliegue, pero a trancas y barrancas consiguieron llegar.
Por cierto eran Leopard I con cañón de 105 y un blindaje que tampoco era para echar cohetes.