En la Serie GEHM de Laureados de San Fernando de hoy, veremos la historia de Pablo Arredondo, acreedor de tal distinción en dos ocasiones.
Desde que las Cortes de Cádiz instauraron el 31 de agosto de 1811 la Real y Militar Orden de San Fernando, es decir, la Cruz Laureada de San Fernando, con el fin de “honrar el reconocido valor heroico y el muy distinguido, como virtudes que, con abnegación, inducen a cometer acciones excepcionales o extraordinarias, individuales o colectivas, siempre en servicio y beneficio de España”, concediendo la primera al brigadier de Artillería Martín Garcia-Loyerri e Ichano por su heroica acción en la batalla de Alcañiz del 23 de mayo de 1809 durante la Guerra de la Independencia, solamente cinco militares la han recibido en dos ocasiones, siendo uno de ellos el protagonista de este artículo: Pablo Arredondo Acuña.
Nuestro personaje nació el 8 de enero de 1890 en Baeza, localidad jienense ligada a las Fuerzas Armadas, ya que en su término municipal está emplazada la Academia de Guardias y Suboficiales de la Guardia Civil. Sus padres fueron el teniente coronel de Infantería Pablo Arredondo Muñoz-Cobo, fallecido de fiebres en la isla de Cuba, y de Rosa de Acuña y Martínez de Pinillos, perteneciente a la nobleza de Andalucía; cinco hermanos de nuestro biografiado caerían en combate.
Tras finalizar los estudios de Bachiller en Arte, el 31 de agosto de 1908, contando 18 años de edad, sienta plaza como cadete en la toledana Academia de Infantería, donde conocería a dos personajes que serían relevantes en un futuro para él y para la Historia de España: Francisco Franco Baamonde sin la “h”, años más tarde la añadiría), alumno de segundo curso, y José Millán-Astray y Terreros, capitán profesor de Táctica.
El 13 julio de 1911 es promovido al empleo de segundo teniente de Infantería, dos días después, y por al Batallón de Cazadores nº 4 de Barbastro, en plaza en Alcalá de Henares, en dicha unidad militar empezó a conocer la vida cuartelera compaginada con instrucciones de orden cerrado y abierto y vida cuartelera de servicios, aunque permaneció poco tiempo, ya que en mayo de 1912 pasó a destino al Batallón de Cazadores Arapiles Nº9, batallón que sería encuadrado en una Brigada de Cazadores bajo el mando de otro futuro bilaureado, el General Miguel Primo de Rivera y Orbaneja. Con esa gran unidad, el joven segundo teniente Arredondo Acuña, el 9 de mayo embarcó en el vapor Canalejas en Algeciras desembarcando ese mismo día en Ceuta., siendo destinado a servicios de cobertura de vigilancia por las inmediaciones de la ciudad ceutí, estando en guarnición en el Rincón de Medik, cerca de Tetuán.
En la noche del 11 de junio de ese año, durante la lucha en Lucien, Tetuán, Pablo Arredondo Acuña, con mando de una sección de la 3ª Compañía del Batallón de Cazadores de Arapiles nº 9, se lanza con denuedo y animando a sus hombres a un ataque a la bayoneta a los moros rifeños que les superaban en creces, lid en la cual nuestro segundo teniente, a pesar de de haber sido herido de bala en una de sus ingles, pero como si no hubiera sido alcanzado por fuego enemigo, se levanta y alentando a sus hombres, sigue sable y pistola en mano combatiendo.
Un mes después, y estando recuperándose de su herida en un hospital de Córdoba, es promovido por antigüedad al empleo de primer teniente. Por esa jornada llena de valor y de gloria para España, Pablo Arrendo Acuña, mediante la Real Orden de 14 de enero de 1915 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra nº 11), le es concedida la Real y Militar Orden de San Fernando de 1ª Clase sin orla de laurel; en el año 1920 se modificó el reglamento de la concesión de esta condecoración en dos categorías, la de la Gran Cruz para los empleos de general, y la laureada para el resto de empleos en la escala militar.
El 26 de marzo de 1914 es destinado al Cuadro de Eventualidades del Servicio en Ceuta, donde se incorpora al mes siguiente al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla Nº 1, donde siguió demostrando su valor y dotes de mando en el combate, participando en las acciones de finales de mayo de 1916 de Fondak de Ain Yedida y la del río Smir. Tres meses después de esos combates, debido a varias heridas recibidas en los mismos y de las antiguas que le causaban graves molestias, pasa a “Reemplazo por herido” a la 2ª Región Militar donde permanece convaleciendo hasta finales de diciembre.
A principios de enero del años siguiente es destinado al Regimiento de Infantería Alcántara n858, en Barcelona, en cuyo acuartelamiento, y por Real Orden de de 4 de diciembre (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra nº 274) es ascendido al grado inmediato, a capitán. Con este empleo, Pablo Arredondo Acuña, pasa a ser destinado a diversas unidades de infantería: Wad-Ras n0 50, San Quintín nº 47 y Valladolid nº 74. Tres años más tarde, a petición personal de su antiguo profesor de la Academia de Infantería de Toledo, el teniente Coronel José Millán-Astray Terreros, fundador del Tercio de Extranjeros, por Real Orden del 7 de septiembre de 1920 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra nº 218), es destinado al mando de la 1ª Compañía de la 1ª Bandera, Bandera del recién creado cuerpo que en breve estará bajo el mando del jovencísimo Comandante Francisco Franco Bahamonde (ya figurando con la “h”).
El 29 de junio de de 1921, durante la toma de la posiciones de Muñoz Crespo y Alt Gab Salah, de nuevo, y demostrando su heroicidad, aunque fue herido de bala en las piernas en tres ocasiones, no cesaba de alentar a sus soldados, hasta que otra bala se incrustó gravemente en su cuerpo impidiéndole seguir el combate, y curiosamente, el mulo que lo trasladaba a un hospital de sangre cercano de Zoco el Arbas se desplomó produciéndole más dolor y abriendo más sus graves heridas. Tras pasar unos días en hospitales de Tetuán y Ceuta, es ingresado en un centro hospitalario de la capital de España.
A primeros de julio de 1924, tras tres años de convalecencia, de haber sido pasado de nuevo a la situación de “Reemplazo por Herido”, y haber eludido el ingreso, propuesto por la superioridad, en el Cuerpo de Inválidos, llevando un artilugio ortopédico en sus piernas que le causaba grandes molestias, logra que se le declare disponible para el servicio en la 1ªRegión Militar, días después, por Real Orden de 17 de julio de de 1924 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra nº 160) es destinado a su antigua unidad del Tercio de Extranjeros, es decir, a la 1ª Compañía de la 1ª Bandera, la del ya Teniente Coronel Francisco Franco Bahamonde, a la cual se incorpora el 13 de agosto.
La segunda Cruz Laureada de San Fernando le es concedida a título póstumo por Orden Circular del 10 de enero de 1929, Diario Oficial nº 8: “El capitán Arredondo Acuña, el día 19 de noviembre de 1924, y en el repliegue de la columna del general Serrano desde Xeruta al Zoco de el Arbaa, se destacó por su heroico comportamiento. Mandaba la Primera Bandera del Tercio, y apenas iniciado el movimiento, bajo un violento temporal de agua y viento, la columna fue atacada con gran intensidad por numeroso enemigo de las cabilas de Xeruta y otras próximas a Xauen y Dar Accoba.
Muerto el general Serrano y ocupado por los moros los puestos de protección prematuramente abandonados por la columna, en uno de cuyos escalones iba la citada bandera, tuvo que continuar la marcha en condiciones muy desfavorables. Acentuado el ataque del enemigo sobre la 1ª Compañía de la Bandera que ocupaba el puesto de mayor peligro, el capitán Arredondo tomó el mando directo de esta unidad, entablando desesperada lucha en circunstancias cada vez desventajosas por las numerosas bajas y el incremento constante que el enemigo recibía. Herido el capitán, sigue alentando a su gente con noble ejemplo de espíritu y valor, y conteniendo al enemigo, pudo retirarse la compañía de ametralladoras y la segunda de la Bandera, recibiendo una segunda herida que le ocasiona la muerte sobre el campo de batalla”.
Por Real Orden de 8 de mayo de 1926 (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra nº 104) se le concedió a título póstumo el empleo de Comandante. Además de las dos Cruces de San Fernando, les fueron otorgadas otras condecoraciones, entre las cuales destacan una Medalla Militar Individual a título póstumo, Medalla de Sufrimientos por la Patria, Medalla de África, Medallas de los Sitios de Zaragoza y Gerona…
El 19 de enero de 1927, Baeza, su ciudad natal, erigió un monumento a nuestro bilaureado héroe en una estatua realizada en bronce, obra del escultor local, en el cual estaba representado con el glorioso uniforme del Tercio de Extranjeros, La Legión, y en cuyo pie figuraba la leyenda “ Al heroico capitán Pablo Arredondo Acuña. Muerto por España en Marruecos el XIX-XI-MCMXXIV”, este monumento fue destruido nada más dar comienzo la trágica Guerra Civil; de este grupo escultórico, hoy en día solamente queda la base, y esperemos que pueda ser restituida la escultura de nuestro héroe.
En el año 1968 fue nombrado “Hijo Predilecto y Adoptivo” de Torreperogil, localidad muy cercana a Baeza, su lugar de nacimiento, y en la cual pasó gran parte de su infancia. Otro homenaje que se le tributó a nuestro capitán legionario fue el de dar su nombre a uno de los comedores de la Academia de Infantería de Toledo, lugar donde se puede ver, y la recuerdo muy bien, una lápida donde se glosan sus hechos de armas, sus decena de heridas recibidas en las más de sesenta acciones de guerra en las que participó, y en una de ellas, la última, como he visto anteriormente, dio su vida por la Patria.
En su testamento, redactado pocos meses antes de su muerte, había expuesto que su Laureada la donaba a su sobrino y ahijado Pablo Arredondo Garrido, que estando encuadrado en la División Azul y caer en combate en Rusia, contaba 19 años de edad, hizo que la prestigiosa condecoración pasara a manos de la madre de éste, quién la ofreció a la Virgen del Alcázar, patrona de la ciudad de Baeza y venerada en la iglesia de San Andrés; en el año 1968, la condecoración, junto con otras joyas, fue robada sin haber sido recuperada hasta el día de hoy.
Viene de Laureada de San Fernando – Manuel Barreiro Álvarez
Sigue en Laureada de San Fernando – Federico de la Cruz Lacaci