Los dos MIG-21 que habían sobrevivido a la embestida de los Sparrow pasaron a toda velocidad por encima de los Phantom, los cuales realizaron un cerrado viraje a la derecha para situarse detrás de ellos y volver a atacar. Cuando Lodge viró estaba a tan sólo 60 metros por detrás de uno de los MIG ofreciendo a Locher, en el asiento trasero, una visión que nunca olvidaría:
Os presentamos el nuevo libro de Edciones Salamina DOGFIGHT, historias épicas de combates aéreos de todas las épocas. Estos emocionantes relatos sitúan virtualmente al lector en la carlinga de los más diversos y míticos aviones de combate durante algunas de las más famosas batallas aéreas de la Historia. A continuación dejamos el relato del combate de 2 F-4 Phantom norteamericanos y 2 Mig-21 Vietnamitas.
«Estábamos en la estela de su reactor. Allí estaba, con la llama del post-quemador asomando, el más brillante aeroplano que jamás hubieras visto. Iba realizando una chandelle[1] a la derecha, estábamos justo detrás de él. El Phantom no llevaba ningún cañón y estaba demasiado cerca para un ataque con misiles por lo que Lodge abrió el ángulo de giro para aumentar la distancia respecto al caza enemigo. Parecía sólo cuestión de tiempo que otro MIG fuera derribado de los cielos.
Pero entonces, sin aviso previo, un par de MIG-19 ascendieron pronunciadamente desde abajo y se presentaron en el combate sin invitación. Probablemente pilotados por los tenientes Le Thanh Dao[2] y Vu Van Hop de la 3ª compañía, los recién llegados se situaron en posición de tiro detrás del Phantom de Lodge y Markle gritó una advertencia a su líder: “—OK, hay un bandido… tienes un bandido a las diez en punto, ¡Bob, nivela!”. El MIG-19 pasó detrás de Lodge, luego se acercó por su derecha.
Nuevos mensajes de alarma llegaron de los otros Phantom: “—¡Bob, vira a la derecha, vira a la derecha Bob. ¡Vira a la derecha!”»
Lodge tenía su atención puesta en el MIG-21 que tenía delante que se había alejado ya lo suficiente como para lanzarle un misil de corto alcance. Mientas tanto, detrás del Phantom, el MIG-19 líder abrió fuego con sus cañones. Los pesados proyectiles de 30 mm superaron con rapidez la distancia entre las dos aeronaves y las llamadas de alarma de Markle se hicieron aún más estridentes: «—¡Te está disparando! ¡Te está disparando!»
En el Phantom que estaba siendo atacado los hechos sucedían ahora en una sucesión confusamente rápida. Roger Locher recordó:
«Uno o dos segundos después ¡Blam! Nos habían dado. Miré arriba y vi al MIG [El MIG-21 situado frente a ellos] apartarse. Pensé que habíamos topado porque aquello coincidía exactamente con lo que yo pensaba que debería sentirse en una colisión. Los dos dijimos: “¡Oh mierda!” y mi “¡Oh mierda!” era porque el tipo de enfrente se alejaba de nosotros».
Más proyectiles de 30 mm impactaron contra el Phantom y; por fin, Locher se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo: notó que el caza desaceleraba con rapidez y guiñaba violentamente a la derecha. Toda la parte trasera del fuselaje estaba ardiendo; las llamas iban avanzando hacia adelante, comenzando a quemar el plástico de la cabina de Locher, que se tornó de un naranja opaco. El humo comenzó a filtrarse en el interior de la cabina.
La batalla aérea proseguía alrededor del sentenciado Phantom. El MIG-21 que Lodge había estado a punto de atacar se alejó velozmente: pero el cuarto aparato de la primera formación enemiga fue menos afortunado. Steve Ritchie en «Oyster 3» salió de su virada a algo más de un kilómetro detrás de él, perfectamente posicionado para disparar y lanzando dos Sparrow en rápida sucesión. Una vez más, el primer misil no funcionó pero el segundo lo hizo a la perfección.
Detonó inmediatamente debajo del caza de fabricación soviética, del que se desprendieron piezas; el MIG perdió velocidad con rapidez. Mientras el Phantom pasaba junto a su víctima Chuck DeBellevue, en el asiento trasero, vio una figura negra pasar a su izquierda a menos de 30 metros de distancia: el piloto enemigo. DeBellevue gritó jubiloso por la radio: «¡Oyster 3 tiene un splash!» [Un avión enemigo derribado].
El grito de triunfo de DeBellevue fue la última cosa que escuchó Roger Locher antes de eyectarse de su Phantom. En aquel momento, el avión en llamas volaba invertido y caía rápidamente. Locher agarró con ambas manos la palanca situada entre sus piernas y tiró con fuerza:
«En aquel momento estábamos soportando Ges negativas: mi trasero estaba separado del asiento y me veía clavado contra la cubierta de la cabina. Vi como saltaba la cubierta y salí fuera con Ges negativas. Hubo un muy fuerte impacto del viento; luego volví a ver de nuevo. Entonces, ¡zas!, se abrió el paracaídas. Y ¡Zooom! pasaron a mi lado dos MIG-19».
En primer plano un MiG-17 de las fuerza aérea de Vietnam del Norte
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[1] Chandelle: viraje ascendente en el que el avión vira 180º y pierde velocidad, hasta acercarse a velocidad de pérdida. El objetivo de la maniobra es cambiar rápidamente velocidad por altura. (n. del t.).
[2] As de la fuerza aérea norvietnamita. Se le atribuyen seis derribos, de los cuales al menos cuatro F-4 Phantom. (n. del t.).
Es solo un detallito, pero donde pone «En primer plano un Mig-19 de las fuerza aérea de Vietnam del Norte» debería poner MiG-17.
Por cierto, tuve ocasión de leer el libro y es muy entretenido.