En este artículo vamos a cambiar de continente y de siglo. Viajamos a las Grandes Llanuras de los Estados Unidos a comienzos del siglo XIX.
Antes de la llegada del ferrocarril, grandes convoyes de carromatos de pioneros (Prairie schooner) se dirigían al Oeste. Estos carros tirados por seis o cuatro caballos y cubiertos de lona llevaban todo lo necesario para cruzar y ocupar vastos territorios. El equipaje típico de un pionero era harina, frijoles, tocino, café, fruta seca, azúcar y vinagre; además del vestuario, utensilios de cocina, herramientas de labranza, libros escolares, la Biblia, instrumentos musicales, medicinas y repuestos para el vehículo.
En su interior viajaban únicamente los enfermos y los niños. Una caravana de carretas recorría unos 24 kilómetros diarios (15 millas). Seguro que el lector ha visto alguna película de vaqueros en las que John Wayne derrota a algún forajido o se enfrenta a diferentes tribus indias.
Sin duda, este carromato, junto con la diligencia y hasta la llegada del ferrocarril, fue uno de los medios de transporte que vertebró la conquista del Oeste e hizo posible que gran cantidad de pioneros llegar a estos nuevos territorios. A lo largo de todo el actual territorio de Estados Unidos aparecían diferentes rutas de Este a Oeste, desde el Camino de Oregón (Oregon Trail), la Ruta californiana o el antiguo Camino Español para comunicar ambas partes del territorio.
Durante su viaje, los pioneros entablaron relación con los pobladores originarios y surgieron relaciones comerciales y puntos de intercambio con los mismos. Los indios ofrecían a los viajeros pieles y mocasines a cambio de café y whisky o incluso se ofrecían como guías. En un principio, las relaciones eran buenas, pero pasada la primera mitad del s. XIX las relaciones empeoraron y las disputas comenzaron a ser más constantes.
Pero, ¿Cómo se usaba para la guerra este carro aparentemente tan grande? Los colonos se disponían en círculos para acampar y pasar la noche. Esta estructura del campamento hacía que la defensa fuese mucho más cómoda y evitaba que los indios se acercaran en demasía. Desde estos carromatos, los pioneros abrían fuego con sus Kentucky rifle o carabinas Sharp. El uso del revólver de Colt era escaso. Por otro lado, el uso de armas de fuego por parte de los nativos era escaso y adquirida en los intercambios comerciales, su arma principal era el arco. La ventaja que tenían era que gozaban de la capacidad de movimiento y la rapidez que les aportaban los caballos.
Esta táctica resultó ser útil y los colonos, la mayoría de las ocasiones, salían ilesos y podían seguir con su camino. Una vez asentados en estos territorios y para evitar las escaramuzas, los Estados Unidos establecieron fuertes y la escalada de violencia aumentó. Todo esto desembocó en las Guerras Indias (1860-1890).
Estos fuertes improvisados con carros fueron útiles en la conquista del Oeste y las guerras contra los nativos, pero no fue único en Estados Unidos. En el próximo artículo viajamos a África durante el Imperialismo.
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