La Cruz de Hierro fue instaurada por primera vez por el rey Federico Guillermo III de Prusia en el contexto de las guerras napoleónicas. Fue concedida por priemera vez en 1813 y solo se concede en tiempo de guerra.
Bajo el formidable liderazgo de Otto von Bismarck, Prusia se había expandido a un ritmo espectacular en términos tanto militares como económicos y, salvo por la breve y poco exitosa actividad revolucionaria de 1848, experimentó un periodo de paz y prosperidad hasta 1864. Entonces, una disputa con Dinamarca por los territorios de Schleswig-Holstein llevaron a una invasión tripartita de Austria, Prusia y Baviera. Los daneses fueron derrotados rápidamente. La alianza tripartita, sin embargo, fue efímera, y en 1866 Prusia tomó el control de Schleswig-Holstein de manera unilateral.
En el espacio de unas pocas semanas, Prusia había tomado también el control de Sajonia, Hannover y Hesse y había derrotado a los austríacos en la batalla de Sadowa, quedando como garante de la mayor parte de los territorios de Alemania, con la excepción del sur católico. Sin embargo, Prusia tenía tratados secretos con la mayoría de estos estados, además de con Rusia en su flanco oriental, lo que hacía que confiara en su seguridad.
El astuto Bismarck permitió que Austria obtuviera una paz favorable. No habría tropas de ocupación en su territorio, ni reparaciones de guerra que pagar. Bismarck sabía que los franceses eran el mayor enemigo potencial de las aspiraciones prusianas, y quería mantener unas relaciones amisistosas con sus primos austríacos de cara a cualquier conflicto europeo futuro.
Francia, esperando sin duda el apoyo de los católicos del sur de Alemania en cualquier posible conflicto, también se sentía segura. Los hechos demostrarían que los franceses estaban terriblemente equivocados. Con los países vecinos alineados con Prusia, España era el único aliado potencial real de Francia, e incluso hubo un intento de sellar este resquicio con las pretensiones de un príncipe alemán al trono español.
El emperador francés Napoleon III estaba comprensiblemente furioso de pensar que su vecino del sur cayera también bajo la esfera de influencia prusiana. Inconsciente del poder real del movimiento nacionalista que se expandía por los estados alemanes, Napoleon III realizó algunas afirmaciones fuera de tono en el intercambio de misivas diplomáticas. Ese asunto fue magistralmente manejado por Bismarck para provocar la declaración de guerra a Prusia por parte de Francia en el mes de julio de 1870.
Los franceses estaban confiados en que los estados alemanes del sur se alinearían con Francia, quedando horrorizados cuando vieron que se ponían del lado de Prusia. Las fuerzas prusianas se adentraron en Francia y en unas cuatro semanas, el ejército alemán había sido rodeado en Metz y el emperador, de camino al frente, capturado por los prusianos en Sedán. El ejército francés había sido destruido.
Sin embargo, el gobierno francés en París estaba intacto, y fuerzas de reserva se estaban movilizando rápidamente para enfrentarse a los prusianos. También partidas de guerrilleros comenzaban a operar en la retaguardia prusiana, a pesar de las salvajes represalias.
Tras los acontecimientos revolucionarios y el aplastamiento de la comuna de París el 28 de mayo dos meses después de que la guerra fuera declarada, Prusia salía victoriosa y el nacionalismo alemán alcanzaba su climax el 18 de junio de 1871, cuando el rey de Prusia fue declarado Emperador de toda Alemania.
La Guerra Franco-Prusiana no solo había presenciado la humillante derrota del poderoso ejército francés en unas semanas, sino la reunificación de los estados alemanes y el surgimiento de una de las grandes potencias mundiales. Oportunamente, el rey Guillermo I de Prusia había dictado un edicto el 19 de julio de 1870 que una vez más restituía la Cruz de Hierro. Decía lo siguiente:
Yo, Guillermo, por la gracia de Dios, rey de Prusia, considerando la grave situación de la patria, y en honrado recuerdo de los hechos heróicos de nuestros antepasados durante los gloriosos años de las guerras de independencia, deseo resucitar la institución de la Cruz de Hierro donada por mi padre que descansa con Dios. La Cruz de Hierro debe ser concedida sin hacer distinción alguna de clase o posición, como un premio a un servicio distinguido ganado en combate con el enemigo, o en la patria, sirviendo igualmente en el conflicto para preservar el honor y la independencia de nuestra querida patria.
Consecuentemente, hago ordenar lo siguiente:
I. La Orden de la Cruz de Hierro que ha sido restaurada de nuevo durante esta guerra debe constar, como en sus tiempos originarios, de dos clases y una Gran Cruz. La condecoración, así como la cinta, no cambian, salvo por la inclusión de la letra «W» con Corona en su frontal, y la fecha de 1870.
II. La cruz de segunda clase deberá colgar de una cinta negra con borde blanco si el servicio distinguido se ha producido en combate con el enemigo, y una cinta blanca con borde negro si ese no es el caso, y deberá llevarse en el ojal del botón, mientras que la cruz de primera clase deberá llevarse en el costado izquierdo. La Gran Cruz, cuyo tamaño será el doble de las otras dos cruces, se lucirá con una cinta alrededor del cuello.
III. Primero se concederá la cruz de segunda clase; la cruz de primera clase solo podrá concederse si se ha conseguido con anterioridad la cruz de segunda clase. La cruz de primera clase debe llevarse junto a la de segunda clase.
IV. La Gran Cruz solo podrá ser concedida únicamente al comandante de tropas, bien por un combate victorioso tras el que el enemigo haya abandonado su posición, o por la captura de una importante fortaleza o por la pertinaz defensa de una fortaleza que en última instancia no cayera en manos del enemigo.
Todas las ventajas relacionadas con la posesión de las Medallas al Honor Militar de primera y segunda clase pasarán a las Cruces de Hierro de primera y segunda clase respectivamente, con la provisión de una regulación constitucional con la promesa de honrar a sus portadores.
Dada de su propia mano, firma y sello real, Berlín, 19 de julio.
GUILLERMO
Bismarch-Schoenhausen von Roon
Eulenberg Leonhardt von Camphausen
Itzenplitz von Geschow
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La guerra franco-prusiana (en alemán Deutsch-Französischer Krieg, en francés Guerre franco-Allemande, en inglés franco-Prussienne Wars), fue un conflicto bélico que se libró entre el 19 de julio de 1870 al 10 de mayo de 1871 entre el Segundo Imperio francés (y después de la caída del régimen, por la tercera República francesa) y el Reino de Prusia, con el apoyo de la Confederación de Alemania del Norte y los reinos aliados de Baden, Baviera y Württemberg.
Eso es más que unas pocas semanas. Lo que pasa es que siempre se olvidan de estudiar la segunda parte de la guerra………… Y como consecuencia el empantanamiento de 1914