El personal de las operaciones con Ohka fue reclutado en las filas de las unidades navales y aéreas, en cuyos cuarteles aparecieron en agosto de 1944 carteles publicitarios que urgían a los hombres a prestarse voluntarios para operaciones de «ataques especiales».
Aunque no se ocultaba la naturaleza suicida de las misiones, los voluntarios fueron numerosos. Incluso después de descartar a hombres casados, de edad más avanzada, Aunque no se ocultaba la naturaleza suicida de las misiones, los voluntarios fueron numerosos. Incluso después de descartar a hombres casados, de edad más avanzada, hijos únicos o con grandes responsabilidades familiares, aún quedaron 600 voluntarios. El 1 de octubre de 1944, precediendo a la formación de las primeras escuadrillas kamikaze en unas tres semanas, se creó el 721.er Kokutaki (Cuerpo Aéreo de la Marina) – apodado Jinrai Butai, el Cuerpo del Rayo Divino en la base aeronaval de Hyakurigahra en la isla de Honshu.
El comandante era el capitán de fragata Motoharu Okamura, un aviador veterano que, como comandante del 341.er Grupo Aéreo, desplegado en el área de Tokyo, había sido un decidido partidario de la formación de escuadrillas kamikaze, prometiendo al vicealmirante Shigeru Fukudone que «cambiaría las tornas de la guerra» con 300 aviones suicidas.
Fukudome había informado de esa conversación al vicealmirante Seiichi Ito del Estado Mayor General Naval – y el entusiasmo de Okamura se vio recompensado. A cargo de las operaciones a las órdenes de Okamura estaban el capitán de corbeta Goro Nonaka y el capitán de corbeta Kunihiro Iwaki. En noviembre, la Jinrai Butai se trasladó a la base aeronaval de Konoike, al noreste de Tokio, donde se ultimó su organización.
A últimos de noviembre estaba integrada por cuatro «escuadrillas flor de cerezo», equipadas cada una con 10 bombas Ohka y 40 Zeros kamikaze. En un principio, los Zeros del 721.er Cuerpo Aéreo Naval eran A6M5, con capacidad para llevar una bomba de 250 kilos; pero a partir de mayo de 1945, el cuerpo fue equipado con el nuevo A6M7 Modelo 63, adaptado para misiones suicidas y capaz de llevar una bomba de 500 kilos.
Estos aviones fueron apodados bombarderos Kembu, («refuerzo del espíritu guerrero»). El ala de bombarderos del cuerpo estaba integrada por las 306.ª y 308.ª Escuadrillas, cada una con 36 cazas Zero. Antes de ser empleadas en ataques suicidas, los cazas Zero que equipaban a cada una de las escuadrillas flor de cerezo fueron empleados para entrenar a los pilotos de las Ohka.
Los primeros voluntarios habían sido seleccionados en buena medida entre pilotos que ya tenían algún tipo de entrenamiento convencional. Debido a poco tiempo disponible y a la escasez de combustible, su entrenamiento con las Ohka consistió en un proceso de familiarización con el arma en tierra; el entrenamiento en los métodos de ataque se hizo en los Zeros con los motores apagados. Algunos afortunados pudieron disfrutar de un solo vuelo con motor en una Ohka lanzada desde el aire y equipada con esquíes para el aterrizaje y con un lastre de agua en el morro para sustituir el peso de la bomba.
Más tarde, se introdujo el Ohka K-1, un aparato sin motor en el que tanques de lastre de agua sustituían a la bomba y al cohete, con el fin de permitir a los voluntarios menos experimentados recibir un pequeño entrenamiento de vuelo. Se construyeron cuarenta y cinco K-1 en Yokosuka. La Ohka Modelo 43 K-1 KAI Wakazakura («cereza joven») era un entrenador más práctico, ya que era de dos plazas (con una segunda cabina que sustituía a la bomba en el morro) y estaba propulsado por un solo cohete montado en la cola. Sin embargo, solo se construyeron dos unidades de este modelo.
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