A principios de 1943, la Marina japonesa inició la construcción del primer Sen-Toku (submarino especial). Se trataba de los submarinos más grandes de la Segunda Guerra Mundial.
Cada uno de estos monstruos, de 122 metros de largo, tenían un desplazamiento de 5.223 toneladas en superficie y 6.560 sumergido. Tenían un largo hangar en la zona media del casco de 31 metros para alojar tres hidroaviones bombarderos que se lanzaban mediante una catapulta desde una rampa de 26 metros situada en la proa.
Solo se completaron tres Sen Toku de los 18 proyectados, los I-400, I-401 e I-402, pero para reforzar la fuerza de este tipo de submarinos se modificaron los grandes submarinos de la clase A I-13 e I-14 para convertirlos en la clase Kai-ko, de 113 metros de eslora y con capacidad para recoger y lanzar dos hidroaviones bombarderos.
Aichi Kokuki KK diseñó y construyó un avión especial para estos submarinos: el Aichi M6A1 Seiran (Niebla de la Montaña), con flotadores desmontables y alas y cola plegables para su almacenamiento en los hangares de los submarinos. Se preveía que cuatro técnicos de alta cualificación preparasen los Seiran para su lanzamiento en el interior del hangar en siete minutos.
Aunque el papel original de los submarinos era el de reconocimiento de largo alcance para la flota de superficie (los Sen Toku tenían un radio de acción de 60.000 kilómetros a 14 nudos), con posibilidad de efectuar ataques aéreos contra blancos de oportunidad, es altamente probable que estas unidades fuesen tenidas en cuenta para los “ataques especiales” desde fechas tempranas de la planificación.
Para diciembre de 1944, cuando se completaron el I-400 y el I-13, se pensó que podrían ser empleados para lanzar ataques (obviamente ataques kamikaze para causar daños más morales que materiales) contra Nueva York o Washington. Los japoneses solo habían conseguido bombardear territorio continental norteamericano en dos ocasiones. El 29 de agosto y el 10 de septiembre de 1942, el submarino I-25 lanzó un hidroavión Yokosuka E14Y1 Glen que arrojó un total de cuatro bombas incendiarias de 75 kilos en la costa de Oregón, esperando en vano provocar incendios en los bosques.
Entre noviembre de 1944 y marzo de 1945, el Regimiento Aerostático Especial del Ejército japonés lanzó desde la parte oriental de Honshu unos 9.300 globos de papel multicapa Fu Go inflados con hidrógeno de unos 11 metros de diámetro, para que fuesen arrastrados por los vientos dominantes unos 9650 kilómetros a través del Pacífico para caer en territorio estadounidense. Cada globo llevaba una bomba incendiaria de 16 kilos. Se encontraron globos desde Alaska a México, aunque las únicas víctimas fueron una mujer y sus cinco hijos que se acercaron a curiosear cerca de uno de ellos en Lakeview, Oregón, en mayo de 1945.
En mayo de 1945, los I-400, I-401, I-13 e I-14 formaron el 1.º Escuadrón Submarino al mando del capitán Tatsunoke Ariizumi. Para entonces, y con las instancias presentadas por Ariizumi, los blancos en territorio estadunidense continental habían sido dejados a un lado en favor de un ataque más práctico contra las esclusas del canal de Panamá. Las incursiones aéreas contra las factorías de Aichi, la escasez de combustible que dificultaba el entrenamiento de los pilotos del 901.º Grupo Aéreo Especial y las minas arrojadas desde el aire que interferían en los ejercicios de los submarinos en las aguas del mar interior, retrasaron el programa. Pero para mediados de junio, los pilotos de los Seiran entrenaban ya sobre maquetas a escala 1:1 de las esclusas del canal de Panamá en la bahía de Toyama, en Honshu.
Los cuatro submarinos del 1.º Escuadrón Submarino debían zarpar con rumbo a Oahu por la ruta que había seguido la flota de ataque a Pearl Harbor en 1941. Luego se dirigirían al sur hacia la costa colombiana, navegan furtivamente hacia el norte en aguas costeras y lanzar los 10 hidroaviones bombarderos, cada uno armado con una bomba de 800 kilos o un torpedo a un máximo de 1190 kilómetros de distancia que era la autonomía de los aviones. Los pilotos debían deshacerse de los flotadores al despegar con el fin de incrementar la velocidad en el picado.
Sin embargo, antes de que terminase el entrenamiento volvió a cambiarse la misión y el blanco. El alto mando naval decidió entonces que se efectuase un ataque coordinado sobre la flota estadounidense anclada en el atolón de Ulithi entre el escuadrón submarino y los submarinos que llevaban los kaiten. Solo los I-400 e I-401 lanzarían Seiran. Los I-13 e I-14 llevarían aviones de reconocimiento de largo alcance Nakajima C6N1 Myrt desmontados y embalados a Truk, donde debían ser montados para efectuar tareas de reconocimiento en Ulithi, como parte de los preparativos del plan de ataque, que debía llevarse a cabo el 25 de agosto.
Los I-13 e I-14 zarparon para Truk el 15 de julio. A unos 1.000 kilómetros al este de Honshu fue localizado el I-13 por un grupo de aviones del USS Anzio (CVE 57). Dañado por cohetes lanzados por los aviones, el submarino fue hundido finalmente por las cargas en erizo del destructor Lawrence C. Taylor. Los I-400 e I-401 zarparon más tarde por separado. Debían reunirse frente a la isla Ponape, en las Carolinas orientales el 16 de agosto y esperar órdenes para lanzar sus aviones.
El final de la guerra ese día los encontró todavía a la espera; ese día recibieron órdenes de regresar a Japón y rendirse. A finales de mes, cuando los grandes submarinos entraron en la base naval de Yokosuka, el capitán Ariizumi reparó el fracaso de su fuerza de “ataque especial” pegándose un tiro.
Viene de Viento divino – El fenómeno kamikaze japonés (XXII): Ataques en masa en Okinawa
Pues si que tardaron. ¿Hubo quizás interferencias internas en la preparación?
Que desarrollo de armas más curiosas e inútiles…típicamente japonesas.
Un derroche de recursos absurdo y sin sentido comparando con el daño que podían ocasionar…