Antes de partir en su último vuelo, los pilotos kamikaze participaban en una ceremonia de despedida donde se les desesaba buena suerte. También existían supersticiones como los Jippogure y otros días de la mala suerte, pero vayamos por partes.
Yukihisa Suzuki, un piloto kamikaze que sobrevivió a la guerra, describió el ritual: bajo el sol radiante de abril, todo el personal de la base aérea se reunió frente al hangar y esperó, cada uno en su puesto, la llegada de los miembros de los Cuerpos Especiales de Ataque. Frente a los hangares, en una larga mesa cubierta con un mantel blanco había comida para ser servida en honor de la última misión con el propósito de desearles buena suerte: numerosas botellas de sake, copas, bandejas de mojama de calamar, castañas, algas y bolas de arroz con alubias rojas….
Mientras esperabamos cerca de los aviones, que calentaban motores, nuestros compañeros aparecieron vistiendo sus flamantes monos de vuelo, en cuya parte trasera se había dibujado una pequeña bandera nacional, un círculo rojo sobre fondo blanco. Los arneses del paracaidas eran verdes. Alrededor de los cuellos vestían pañuelos blancos de seda.
Algunos llevaban un pañuelo blanco anudado sobre sus cascos de vuelo. Otros llevaban ramilletes de flores de cerezo, el símbolo de los soldados jóvenes y aguerridos, en especial de los jóvenes pilotos, debido a que las preciosas pero frágiles flores solo duraban unos pocos días, para luego caer como los jóvenes, en su mejor momento. Algunos llevaban pequeños muñecos u otras mascotas colgando de sus arneses
Una vez que los pilotos se habían reunido cerca de sus aparatos, un oficial de mayor graduación hacía una pequeña arenga patriótica alabando su coraje y devoción por el Emperador y por su país. El oficial de ceremonias podía tener una graduación elevada, dependiendo de la importancia de la misión. Cuando la primera misión Ohka despegó de Kanoya el 21 de marzo de 1945, el comandante del cuerpo de ejército Okamura dio el discurso y el Vicealmirante Matome Ugaki asistió para desear suerte a los integrantes de la misión.
Estas arengas incluían a menudo la profecía de que todos ellos se encontrarían en el futuro en el santuario de Yasukuni. A medida que fue pasando el tiempo y las misiones kamikaze se fueron haciendo más comunes, los oficiales de alta graduación dejaron paulatinamente de asistir a estos actos. En las fases finales de la batalla de Okinawa, las arengas eran llevadas a cabo frecuentemente por el líder de vuelo. Los pilotos bebían una copa de sake y abandonaban el aeródromo.
Aunque las ceremonias de despedida se organizaban para desear buena suerte a los pilotos en su última misión, también había signos y augurios de mala suerte. A pesar de que Japón había entrado en la comunidad de países modernos después de la Restauración Meiji de 1868, había todavía supersticiones que seguían calando en el subconsciente colectivo japonés.
La influencia que pudera tener sobre la creencia de cada soldado individual o marinero en la buena o mala suerte, es imposible de adivinar. Sin embargo, se puede afirmar que aquellos con menos nivel educativo debieron haber estado más intesamente afectados por el concepto. Se consideraba que ciertos días del año traían mala suerte. Se les denominaba los días Jippogure.
Jippogure significa que las diez direcciones están cerradas y oscuras. Estas diez direcciones son las ocho direcciones horizontales y las direcciones arriba y abajo. Los Jippogure son los días en que los signos de los elementos zodiacales entran en conflicto con los signos de los animales del zodiaco, resultando en un peligro para la humanidad…… Eran considerados los peores de todos los días de la mala suerte, llamados en ocasiones Kuro-Bi, o días oscuros, con el significado de que la muerte es segura en esos días.
Los días considerados como Jippogure en 1944 fueron el 21 de Enero, el 21 de Marzo, el 2o de Mayo el 19 de Julio, el 12 de Septiembre y el 11 de noviembre. Además de los días Jippogure, la superstición japonesa también preveía cada año unos To Shi Bi, o días de la muerte. En 1944, fueron el 10 y 22 de Enero, el 11 y 23 de Febrero, el 2, 14 y 26 de Marzo, el 3, 15 y 27 de Abril, el 5, 17 y 19 de Mayo, el 6, 18 y 30 de Junio, el 8 y 20 de Julio, el 9 y 21 de Agosto, el 10 y 22 de Septiembre, el 12 y 24 de Octubre, el 1, 13 y 25 de Noviembre, y el 3, 15 y 27 de Diciembre.
En 1945 estos días fueron el 4, 16, 28 de Enero; el 5 y 17 de Febrero; el 9 y 21 de Marzo; el 10 y 22 de Abril; el 12 y 24 de Mayo; el 1, 13, y 25 de Junio; el 3, 15, y 27 de Julio; el 4, 27, y 28 de Agosto; el 5, 17, y 29 de Septiembre; el 7, 19, y 31 de Octubre; el 8 y 20 de Noviembre; y el 10 y 22 de Diciembre.
A pesar de que algunas de estas supersticiones pudieron haber provocado inquietudes entre los hombres de graduaciones más bajas y con menos nivel educativo, apenas afectaron a los planificadores de los estados mayores del Ejército y de la Armada.
Viene de Rituales y Tradiciones Kamikaze (III) – Los Masukotto Ningyo