Operaciones de combate: el cruce del Mosela (I)
Las dificultades de la 80.ª División de Infantería durante el primer intento de cruzar el río Mosela comenzaron con una comprensión deficiente del despliegue enemigo en la defensa del río Mosela. El teniente coronel Richard R. Fleisher, G-2 de la 80.ª División de Infantería, proporcionó un análisis contradictorio de dicho despliegue. Predijo que la artillería alemana «esperaría hasta que se acercaran los elementos [de reconocimiento estadounidenses], [para posteriormente] disparar y retirarse», y que «no se esperaba fuego de armas ligeras [al oeste] del [río] Mosela». Paradójicamente, también predijo que la división se encontraría con fuerzas enemigas atrincheradas en la orilla oriental del Mosela, y que el enemigo había emplazado posiciones fortificadas en casi todos los lugares importantes del plan del XII Cuerpo: Pont-à-Mousson, Toul, Nancy y Forêt de Haye.

Eddy también se esforzó en determinar el despliegue y la fuerza del enemigo. Creía que la 80.ª División de Infantería se enfrentaba a poca resistencia enemiga en la línea del Mosela. Durante una visita al 317.º Regimiento de Infantería, declaró al coronel Cameron y al comandante James Hayes, mientras contemplaba el Mosela, que «no hay alemanes por ahí». Sin que Eddy lo supiera, la 3.ª División de Granaderos Panzer ocupaba la orilla occidental del Mosela en un sistema defensivo preparado; su reciente traslado de Italia a Lorena situó a tropas probadas en combate frente a la 80.ª División de Infantería. A pesar de la falta de ingenieros y blindados, el despliegue de la 3.ª División de Granaderos Panzer reflejaba su determinación a luchar. Por el contrario, sin que «ninguna de las unidades [hubiese] visto aún el río y el terreno circundante o [sin que tuviese] idea alguna de la situación del enemigo», la 80.ª División de Infantería se abrió camino con dificultad en su ataque inicial, destinado a cruzar el río Mosela.
La 80.ª División de Infantería no aplicó los pasos prescritos en el FM 100-5 como preparación especial necesaria para un cruce de río. Como resultado, tuvo dificultades para planificar y gestionar las fases y transiciones, y cedió el elemento tempo al enemigo. La 80.ª División de Infantería no llevó a cabo un reconocimiento adecuado del terreno y del enemigo, ni posicionó su artillería para preparar y apoyar el cruce de sus regimientos de infantería. El capitán Andrew Z. Adkins de la Compañía H del 317.º Regimiento de Infantería, reflexionó que «en nuestra alocada carrera a través de Francia, llegamos al río antes de que el Ejército estuviese listo para apoyarnos adecuadamente… no tuvimos tiempo suficiente para el reconocimiento, la inteligencia, el apoyo aéreo o el apoyo de artillería».
El 4 de septiembre, antes del comienzo del ataque, el coronel Cameron, comandante del 317.º Regimiento de Infantería, «aseguró a sus comandantes de batallón que habría apoyo aéreo y de artillería» para los cruces. Su regimiento no tardaría en descubrir que eso no era cierto. Según el teniente coronel Shaw, oficial de operaciones de la Artillería de la 80.ª División de Infantería, «el 5 de septiembre, la infantería intentó cruzar [y] no se solicitó apoyo de artillería». La falta total de fuego de cobertura provocó que las fuerzas de infantería quedasen «atrapadas sin ningún apoyo [con] el Mosela al frente y el canal Rin-Marnas a nuestras espaldas».
El ADRP 3-0 señala que «los comandantes normalmente tratan de mantener un ritmo más alto que el enemigo; un ritmo rápido puede abrumar la capacidad del enemigo para contrarrestar las acciones propias». En este caso, los elementos de la 80.ª División de Infantería perdieron la ventaja en velocidad y tempo de las operaciones militares y lo cedieron al ejército alemán. El plan de la 80.ª División de Infantería, que contenía numerosos objetivos simultáneos para las unidades subordinadas, complicó aún más su apresurado acercamiento al Mosela.
El primer intento de la 80.ª División de Infantería de cruzar el Mosela en tres puntos distintos entre el 4 y el 6 de septiembre tenía como objetivo maximizar la simultaneidad para aumentar el tempo y «degradar las capacidades del enemigo en toda el área de operaciones». Aunque era coherente con la idea de la FM 100-5 de un ataque en un frente amplio, este plan no logró crear las diversiones y engaños que doctrinalmente requerían fases y transiciones cuidadosamente sincronizadas. Al definir las fases y transiciones, el ADRP 3-0 especifica que «la simultaneidad, la profundidad y el tempo son vitales para todas las operaciones», pero «no siempre se pueden alcanzar en el grado deseado; en tales casos, los comandantes limitan el número de objetivos en los que se participa simultáneamente». La división no logró efectos masivos contra un objetivo concreto como se recomendaba entonces en el FM 100-5, y como aconseja hoy el ADRP 3-0.
En su lugar, la división intentó la simultaneidad en tres objetivos: Pont-à-Mousson, Toul y Marbache. Aunque el asalto simultáneo a tres objetivos planteó múltiples dilemas a la 3.ª División de Granaderos Panzer, la 80.ª División de Infantería carecía de la profundidad o la sincronización de armas combinadas necesarias para arrollar al enemigo en cualquiera de los tres. Esto provocó el flaqueo temprano de dos batallones de infantería del 317.º Regimiento de Infantería, que se vieron atrapados entre el río Mosela y el canal Rin-Marnas por el fuego de artillería, morteros y ametralladoras alemanas. Incapaces de hacer mella en el enemigo, «los comandantes temían que una retirada pudiese provocar un número excesivo de bajas, por lo que durante el resto del día los soldados permanecieron acurrucados en pozos de tirador poco profundos y expuestos a un continuo bombardeo de artillería y morteros». Ambos batallones experimentaron lo que el ADRP 3-0 define como el punto culminante de la ofensiva: «el punto culminante se produce cuando la fuerza no puede continuar el ataque y debe asumir una postura defensiva o ejecutar una pausa operativa».
La decisión del 80.º Regimiento de Infantería de cruzar a las cinco de la tarde y la decisión de no designar una reserva agravaron la gravedad del punto culminante del 317.º Regimiento de Infantería y la 80.ª División de Infantería al intentar cruzar el Mosela por primera vez. La naturaleza apresurada del primer cruce puso de relieve el dilema que el ADRP 3-0 plantea con respecto al riesgo: «una planificación y preparación inadecuadas ponen en riesgo a las fuerzas, y es igualmente imprudente retrasar la acción mientras se espera por una inteligencia y sincronización perfectas». Influenciado por la naturaleza agresiva de Patton y la creencia de Eddy en una resistencia enemiga ligera, McBride pareció arriesgarse a una planificación y preparación inadecuadas para evitar un retraso en el ataque.
Tras la retirada de ambos batallones a las tres de la tarde del 5 de septiembre de 1944, McBride decidió enviar un tercer batallón del 317.º Regimiento de Infantería para intentar forzar un nuevo cruce. Lo ordenó en el mismo lugar en el que había tenido lugar el asalto fallido, con una fuerza más pequeña y menos apoyo. Durante el primer cruce, elementos de la 3.ª División de Granaderos Panzer destruyeron 38 de las 64 lanchas de asalto pertenecientes al 305.º Batallón de Ingenieros de Combate, lo que les impidió apoyar el ataque del batallón. Además, el apoyo de artillería siguió sin estar coordinado.
Viene de Operaciones de armas combinadas: la 80.ª División de Infantería cruza el río Mosela (IV)