Es 7 de agosto de 1943, apenas han pasado tres semanas del cese de las operaciones ofensivas en Kursk. Los soviéticos contraatacan con fuerza en los sectores de Orel al norte del saliente, y Bielgorod al sur, por el punto donde se unían el Grupo de Ejércitos Centro con el Grupo de Ejércitos Sur.
El General Gustav Schmidt, comandante de la 19 División Panzer avanza con su estado mayor en una pequeña columna a toda velocidad por un camino en busca de sus regimientos. Venía del Cuartel General del XLVIII Cuerpo Panzer de Von Knobelsdorf. Los soviéticos habían roto las líneas alemanas al norte de Jarkov, avanzando en dirección a Poltava, abriendo una brecha de 55 kilómetros entre el 4º Ejército Panzer de Hoth y la Agrupación Kempf.
La maniobra soviética pretendía entrar en profundidad en las líneas alemanas y virar hacia el sur hasta el Mar Negro, cercando por la retaguardia al Grupo de Ejércitos Sur, como ya intentaron en las operaciones de invierno después del cerco de Stalingrado. Se mascaba la catástrofe. En este avance, la 19 División Panzer alemana había sido rebasada y luchaba abriéndose camino hacia el oeste.
El general Von knobelsdorf le dijo a Schmidt que debían resistir a toda cosa el embate soviético y taponar la brecha para evitar el desastre. Schmidt le prometió cumplir con su deber y partió con su estado mayor en busca de sus regimientos, a los que había mandado a Achtyrka ignorando que ya habían sido rebasados.
El general Schmidt marchaba al frente de la columna en su carro de mando. El telegrafista se volvió hacia el ayudante del general, teniente Khöne, y le dijo que detectaba un intenso intercambio de mensajes entre los rusos. Khöne no tuvo tiempo de reaccionar. De repente comenzaron a llover proyectiles por doquier disparados por T-34 rusos. El vehículo de reconocimiento de vanguardia recibió un impacto directo, y el carro de mando se precipitó en un embudo.
El general Schmidt ordenó abandonar el vehículo y los tripulantes saltaron a la carretera, internándose seguidamente en el bosque que la circundaba. En ese momento vieron caer al Teniente Coronel Von Unger, jefe de la Sección I de Estado Mayor. Había rusos por todas partes. El general, el teniente Khöne, el cabo Schütte (conductor) y el telegrafista buscaron refugio en unos troncos caidos en el bosque. Por armamento tenían dos fusiles y dos pistolas.
Poco tiempo después, se habían agotado las municiones de los mausers y los soviéticos los habían descubierto. Tras sisear brevemente con su ayudante, el general Schmidt se dirigió a Schutte y al telegrafista y les dijo: «No tenemos la menor oportunidad. Ustedes intenten marcharse. El teniente Khöne y yo les cubriremos». Los soldados lo miraron asombrados. ¿Cubrirnos un general? ¿Con cuatro balas por pistola?
El general Schmidt, condecorado con la Cruz de Caballero con Hojas de Roble, les sonrió: «vamos, marchaos, es una orden. Una última cosa Schutte, si sales de esta, visita a mi esposa y cuéntale lo sucedido». Tras marcharse de allí, los soldados no llegaron muy lejos, siendo hechos prisioneros por los rusos. En seguida fueron llevados a la presencia de un general de brigada soviético que tenía su puesto de mando en un viejo cobertizo.
«¿Está tu general en el bosque?», le preguntaron a Schutte, a lo que respondió, «no sabemos donde está el general». Los rusos enviaron a 5 hombres en un carro a buscarlo. Los cuerpos del general Schmidt y del teniente Khöne estaban junto al árbol. Al regresar con los cadaveres al puesto de mando, los soldados alemanes preguntaron al general ruso: «Mi general, permítanos enterrar a nuestro general y al teniente», a lo que respondió el general: «Búsquenle un buen lugar».
El Teniente General Gustav Schmidt, comandante de la 19 División Panzer, fue enterrado en Berissovka el 7 de agosto de 1943 a las 3 de la tarde.
Sigue en Muerte de un general alemán (II) – Heinrich Von Prittwitz
Buena entrada. Muy interesante, no conocía este pasaje. Muchas gracias pr compartirlo.
Muy interesante. Noble gesto el del general alemán, el de dar la vida por sus soldados.