Esta es una de esas intrahistorias que quedan ensombrecidas por grandes acciones como la del ataque al Convoy HX-229. Las trayectorias en la guerra de los dos hermanos Stilinovich, de Hibbing, Minnesota, estuvieron estrechamente emparejadas hasta la terrible noche del día de San Patricio de 1943.
Joseph Anthony Stilinovich, de veinte años, y su hermano menor William, de dieciocho, se alistaron en la Marina de Estados Unidos el 17 de noviembre de 1942. Ambos fueron enviados a los Grandes Lagos para su entrenamiento y luego asignados al Armed Guard Center en Brooklyn, Nueva York. Sin embargo, los dos hermanos fueron separados en sus buques de destino. Joseph fue a bordo del SS Harry Luckenbach, que tenía una tripulación de 54 miembros y 26 guardias armados. William fue destinado al SS Irene DuPont, con una tripulación de 49 miembros y otros 26 guardias armados.
Iban a bordo de buques distintos, pero en el mismo convoy, que partía hacia el Atlántico Norte. El convoy recibió la designación de HX-229, con salida de Nueva York. Los submarinos alemanes, que estaban al acecho, atacaron en la noche del 17 de marzo de 1943, el día de San Patricio. Tanto el Luckenbach como el DuPont fueron alcanzados por dos torpedos. Ambos buques se hundieron, el Luckenbach en cuatro minutos, el DuPont a la tarde siguiente, tras un segundo ataque submarino.
Los dos barcos siniestrados consiguieron arriar los botes salvavidas, pero solo uno, el DuPont, tendría supervivientes de los que preocuparse más tarde. El Luckenbach lanzó tres botes salvavidas y tres o cuatro buques de escolta los vieron en el agua. Sin embargo, en la confusión y el desconcierto del ataque de los submarinos, les perdieron el rastro a los botes. No se recogió a ningún superviviente y no se volvió a ver a nadie del Luckenbach, incluido Joseph Stilinovich.
A bordo del DuPont, el hermano William alcanzó un bote salvavidas que estaba siendo arriado por la borda, pero éste volcó. Fue a parar a un bote salvavidas sin remos en el que iban otros ocho supervivientes. Pasaron junto a un mercante y alguien en la cubierta les gritó que serían rescatados. Pero empezaron a alejarse a la deriva. No muy lejos había otro barco incendiado que desprendía feroces llamas.
El DuPont, abandonado, permaneció a flote al día siguiente. Una corbeta británica de escolta trató de hundirlo al cañón y con una carga de profundidad, pero fue en vano. Luego, por la tarde, el U-91 alemán se encontró al DuPont y lo hundió. William Stilinovich y sus compañeros de bote salvavidas fueron recogidos por un destructor británico. De los 49 tripulantes del DuPont, 26 de la guardia armada y nueve pasajeros, habían desaparecido trece.
William Stilinovich había sobrevivido al ataque de la manada de lobos y seguiría navegando a bordo de otros buques mercantes durante toda la guerra y en todos los teatros antes de ser licenciado en 1946. De Joseph no se volvió a saber nada más, perdido como tantos otros en las frías aguas del Atlántico.