Hoy nos trasladamos a la invasión de Holanda en 1940, concretamente a Rotterdam, donde el campo del Feyenoord fue algo más que una cancha.
Paracaidistas alemanes en 1940
Sin que muchos de los durmientes habitantes de Rotterdam fueran conscientes de ello, el cielo de los Países Bajos se llenó del zumbido de los aviones aquel viernes. Era el 10 de Mayo de 1940 y Holanda acababa de ser metida en una guerra cruel que iba a durar cinco años e iba a comenzar con la ocupación del país.
Para conquistar el país los invasores alemanes habían preparado un plan complejo, que preveía la toma de una serie de puntos de cruce sobre los cursos de agua que separan el Brabante holandés del Sur de la “Fortaleza Holanda”. Uno de estos puntos de cruce eran los puentes que cruzaban el Nieuwe Maas uniendo las dos mitades de Rotterdam.
Eran cuatro grandes obras para tráfico rodado y ferrocarril: dos que unían la orilla sur con la isla de Noordeireland y otras dos que unían esta con la orilla norte. Los alemanes decidieron asegurarlos mediante un audaz golpe de mano.
Para ello dos pelotones de la 11ª Compañía del 16º Regimiento de Infantería (11./ IR.16 22 Luftlande Infanterie Division) debían llegar a bordo de una docena de hidroaviones Heinkel 59D, que tenían que posarse sobre el río a ambos lados del puente Willemsbrug. Desde ellos los hombres iban a tener que bogar para llegar a tierra, a los muelles, a bordo de botes de goma, bajo la atónita mirada de algunos adormilados civiles que ignorantes de todo marchaban como cada día a sus puestos de trabajo.
Mientras los hombres de aquellos dos pelotones remaban a toda prisa un tercer pelotón de tropas alemanas estaba llegando para unirse a sus compañeros, aunque por un camino distinto.
Willemsbrug, puente de carretera que unía la isla de Noordeireland con Rotterdam norte.
Los tres Ju-52, pertenecientes al II/ KG zbV 1, que traían un pelotón de paracaidistas de la 11ª Compañía del 1er Regimiento de Cazadores Paracaidistas (11./ FJR 1 de la 7 Fallschirmjäger Division)[i] volaban muy bajo, a menos de cien metros de altura si su maniobra fue como la del asalto al no lejano aeródromo de Waalhaven, para lanzar a los paracaidistas justo sobre el cesped del estadio “De Kuip”, hogar del club de fútbol Feyenoord Rotterdam.
Hay que decir que no tenía nada de raro que un grupo de hombres abandonaran el estadio un viernes, se acercaran a la estación de tranvía más cercana y tomaran uno de ellos con rumbo norte. Sin embargo que esto sucediera tan pronto por la mañana, pues apenas habían sonado las 05:00, y que estos hombres fueran extranjeros y armados hasta los dientes resultó algo más llamativo. Seguramente así debieron sentirlo los demás viajeros del tranvía. Sin embargo así fue como sucedió y en apenas media hora los 40 paracaidistas habían llegado a los puentes. La batalla posterior tendrá lugar principalmente en el extremo norte de los mismos pues muchas más tropas llegarán posteriormente desde el sur, desde el también ocupado aeródromo de Waalhaven.
Para la pequeña historia el hombre que liderará las tropas de relevo, el 3er Batallón del 16º Regimiento de infantería, será el Oberstleutnant von Choltitz, que se hará famoso al rendir París a los aliados en 1944. Finalmente la operación resultará, aunque las tropas atacantes serán incapaces de ir, por tierra, mas allá de los mismos.
He-59D. Era un hidroavión para labores de rescate, como se puede ver aquí.