El ataque.
En nuestra entrada anterior hicimos alguna breve mención al proceso de planificación de la operación Weserübung Süd, la invasión alemana de Dinamarca, centrándonos en los problemas de mando que ocasionó aquella operación trifibia y obviando la planificación operativa y táctica del ataque por un motivo muy concreto, las operaciones se desarrollaron, prácticamente, como se habían previsto.
Así pues, podríamos empezar nuestra historia el 8 de abril de 1940, con la llegada a Copenhague de un interesante turista, el general Himer, cuya misión es doble. Por un lado, “visitar” la ciudadela de la ciudad, donde se aloja la Guardia, pero no para maravillarse ante la belleza del edificio sino para evaluar cuál es su punto débil. La esquina suroeste, concluirá. Hay que decir que nuestro visitante no es el primero que se dedica al turismo interesado. Ya el día 4 otro oficial había pasado por la capital danesa con la misma misión. Luego hablaremos de él. Sin embargo, Himer tiene también otros objetivos y en torno a las 23.00 horas se persona en la embajada alemana con instrucciones muy precisas para el embajador Renthe-Fink con respecto a los acontecimientos que van a tener lugar al día siguiente; además, informa a Berlín de que el puerto, tal y como se esperaba, está libre de hielo.
La orden de 2 de abril había fijado el día 9 del mismo mes como Wesertag (el día en que debía empezar la operación), y las 5.15 horas como la Weserzeit, pero la guerra propiamente dicha había empezado un tiempo antes, cuando, desplazándose sigilosamente hacia el norte, pequeños grupos de hombres encargados de asegurarse de que los daneses no volaban los puentes más cercanos a la frontera cruzaron esta para internarse en Dinamarca.
Justo cuando dio la hora se pusieron en marcha las tropas de tierra. La 11. Schützen-Brigade (Mot) y la170. Infanterie Division, que habían pasado la noche junto a la carretera Schleswig – Flensburg, cruzaron la línea de demarcación en un ancho frente y se lanzaron hacia las posiciones que guardaban la frontera. Poco pudieron hacer los soldados daneses ante lo que se les venía encima prácticamente por sorpresa y en breves instantes las vanguardias germanas rodaban hacia Tondern y Flensburg dejando tropas en retaguardia para eliminar los núcleos de resistencia más correosos, cosa que harán con rapidez.
Con la operación terrestre en marcha se dio luz verde para que comenzaran las acciones navales y, a las 6.30 horas, las unidades del Grupo 9, fundamentalmente un vapor mercante y varias naves menores, desembarcaron en Middelfart, en la costa oeste de Fionia, a los 400 hombres del batallón que transportaban (perteneciente a la 198. Infanterie Division). Su misión de estos hombres era tomar y asegurar el puente que cruzaba el Pequeño Belt, una línea de comunicación vital para las tropas que estaban llegando por tierra, que así podrían acceder a una de las islas principales del pequeño país.
Volviendo a esta división, su proceso de concentración había comenzado durante la noche del 7 de abril, posicionándose sus elementos en tres puertos: Warnemunde, Travemunde y Kiel. De este último había zarpado la pequeña fuerza de la que acabamos de hablar, así como la fuerza que debe desembarcar en Korsor y Nyborg, pero no adelantemos acontecimientos porque en algún momento en torno a las 7.00 horas llegó ante Copenhague el buque Hasenstadt Danzig, a bordo del cual viajaba otro batallón de infantería (en esta ocasión las cifras hablan de un millar de hombres, cifra más coherente con el tipo de unidad, lo que nos lleva a pensar que la fuerza que desembarcó en Middelfart probablemente fuera solo de medio batallón), escoltado por un buque rompehielos, aunque ya se sabía que el puerto estaba despejado, y dos pequeños buques de vigilancia costera.
La misión de estas tropas era puramente “representativa”, ya que no se podía ocupar una ciudad como la capital danesa con tan solo un millar de hombres, pero si era posible dar un golpe de efecto, por ejemplo tomar la ciudadela y capturar el Regimiento de la Guardia. Para ello el oficial al mando de este destacamento también había viajado a Copenhague como “turista”, es nuestro hombre del día 4. La operación pudo haber empezado muy mal, porque el fuerte que guardaba la entrada del puerto enfocó a los buques de asalto con un reflector de vigilancia, pero los cañones seguían cubiertos de grasa para su conservación, de modo que finalmente las tropas alemanas pudieron llegar al muelle y desembarcar antes de abalanzarse sobre su objetivo. Eran las 7.35 horas cuando se informó de la captura total de la ciudadela.
¿Los cañones inutilizados por grasa? ¿No sabían que había empezado la IIGM?
Hola. ¿Algún libro qué merezca la pena sobre la campaña de Dinamarca? Había uno en Amazon de 38 páginas, que no se lo recomiendo a nadie.