Ya hemos contado que eran las 17:30 cuando el Chaberton recibió el primer impacto directo. A consecuencia de este suceso el Capitán Bevilacqua, comandante del fuerte, comprendió que estaban condenados. Su fuerte era como un crucero de batalla varado, a la espera de que el enemigo viniera a acabar con él. En consecuencia decidió poner a cubierto todo el material delicado, principalmente la central de dirección de tiro y los equipos de radio, para evitar que fueran destruidos.
A partir de ese momento los franceses aprovecharon los parámetros de tiro que habían adquirido para seguir logrando impactos sobre el fuerte. Entre las 17:30 y las 18:00 la 3ª torreta recibió un impacto que la inutilizó, y en consecuencia fue abandonada por sus ocupantes. Fue una suerte para ellos porque poco después de las 18:00 un nuevo blanco provocó una explosión espectacular, que lanzó la cúpula hacia el aire y destrozó por completo la torre.
La gran explosión de la torre 3
Dentro del Chaberton los artilleros italianos se estaban comportando magníficamente a pesar de las muchas adversidades a las que se enfrentaban. Debido a que el montacargas no funcionaba, tenían que subir los obuses a mano hasta la base de las torres, subiendo los 79 escalones que iban desde los depósitos excavados bajo la roca; trabajaban bajo el riesgo constante de que un impacto certero hiciera estallar las cargas de pólvora acumuladas arriba para acelerar la cadencia de fuego; y los incendios los obligaban a dejarse el físico, sufriendo horribles quemaduras, para extinguirlos antes de que causaran daños irreparables. Pero sin duda lo peor –y lo que hace que indudablemente puedan ser llamados héroes- era que sabían que iban a ser destruidos, y por un enemigo cuya ubicación no eran capaces de localizar.
Además estaban solos. Uno de los primeros impactos de las piezas francesas de 280mm había destruido el teleférico que enlazaba el fuerte con la base de la montaña, y el único acceso alternativo era un largo camino en zig-zag que ascendía por la cara orientada hacia las líneas francesas. A consecuencia de esto ni los pertrechos ni los abastecimientos podían llegar al fuerte. Peor aún, los heridos no podían ser evacuados, al menos de día. Hombres con quemaduras espantosas o rotos por la metralla tuvieron que esperar hasta la noche para ser enviados hacia abajo en camilla, cargadas a mano por sus compañeros en la oscuridad, siguiendo el largo camino en zig-zag hasta los 2.000m de altitud.
El camino en zig-zag por el que tuvieron que bajar a los heridos.
El resto de la tarde se sucedieron los impactos. A las 18:15 quedó destruida la 2ª torreta, y otra explosión más se alzó sobre el fuerte a las 18:30, aunque ninguna fuente indica que torreta fue la dañada. El siguiente impacto fue a las 19:00, en la 8ª torreta. A esa hora el fuerte italiano dejó de disparar. El último impacto del día tuvo lugar nueve minutos después entre las torretas 5ª y 6ª.
El día 22 siguió el bombardeo de los obuses franceses, principalmente con la finalidad de impedir que los italianos hicieran reparaciones y para mantener la superioridad moral; y también vuelve a disparar el Chaberton con las dos torres que le quedan en condiciones: probablemente la 1ª y la 4ª.
El 23 las baterías francesas apenas dispararon debido a la niebla, mientras que las dos torres del fuerte italiano siguieron disparando a ciegas. El 24 será un día muy similar, con disparos a ciegas que no lograrán gran cosa. También será el último día de la campaña. Mientras los artilleros italianos muertos son enterrados en la cima de la montaña, los cañones franceses van callando. Habrá un último sobresalto de actividad en torno a las 21:00, cuando empiecen a gastar toda la munición posible antes de la entrada en vigor del armisticio a las 0:35 del 25 de junio.
Los restos del Chaberton en la actualidad.
El Chaberton no volverá a disparar sus cañones.
(Esta vez si, FIN)
Viene de LA DESTRUCCIÓN DEL FUERTE DE CHABERTON: LA FORTALEZA EN LAS NUBES (II)
Si no fuera por los muertos y heridos que habría sería una historia ridícula la del fuerte este «como un crucero de batalla varado, a la espera de que el enemigo viniera a acabar con él» es la definición perfecta…buen artículo saludos.
Muchas gracias Victor. Aunque permíteme que exprese ciertas dudas sobre lo rídiculo de la idea.
Lo cierto es que cuando se empezó la construcción del Chaberton no existían piezas de artillería capaces de alcanzarlo, y aunque a toro pasado es fácil ver que con el tiempo no sirvió de nada, si, por ejemplo, Italia hubiera honrado sus alianzas con las potencias centrales en 1914, el Chaberton habría sido un arma inestimable, bloqueando con sus cañones el nudo de comunicaciones de Briançon.
En realidad al Chaberton le pasó lo que a toda la tecnología militar, y más en aquel momento, que en cincuenta años, se volvió obsoleta.
Un saludo.
Gran artículo de Javier. Y de una historia que le tengo cariño, pues la leí en un artículo de una revista de alpinos veteranos italianos. Una historia muy interesante que me alegra poder disfrutar en nuestra idioma.
Un día más, me quito el sombrero.
Este verano he estado en la cima del Chaberton. La verdad, no sabia donde subía, y decidir mirar por internet. He encontrado tu artículo y el tema me ha apasionado. Seguramente por tu estilo de explicar los hechos. Ahora estoy leyendo un libro en italiano – que no tengo ni idea – sobre la Fortaleza de las nubes.
Enhorabuena por el texto emocionante.