26 DE MAYO, EL ÃLTIMO DÃA.
âCada hora que [la fuerza defensora] continúa existiendo es de gran ayuda para la British Expeditionnary Force. En consecuencia, el gobierno ha decidido que debe continuar luchando. Reciba nuestra mayor admiración por su espléndida defensaâ.
Las fuentes no aseguran si este inspirado mensaje llegó hasta el puesto de mando del Brigadier Nicholson o no, pero en todo caso, si su intención era inspirar a los defensores, era completamente inútil, pues como muy bien recalca H. Sebag-Montefiore, pretender reunir a los combatientes que quedaban en las ruinas de Calais para leerles el mensaje era una entelequia.
Como el dÃa anterior, la jornada se inició con una nueva solicitud de rendición alemana, que nuevamente recibió una escueta respuesta: âNoâ; y consecuentemente, entre las 08:30 y las 09:00, los germanos volvieron a bombardear la ciudad, y esta vez no solo con artillerÃa sino que también participó la fuerza aérea, a pesar del riesgo que suponÃa ây por el cual no habÃa sido empleada antes- de dañar a sus propios hombres.
El General Schaal, al mando de la 10. Panzerdivision, habÃa elegido continuar el ataque aquel dÃa 26, a pesar de que se le habÃa dado la opción de suspenderlo hasta el 27 para tener más apoyo aéreo; y en consecuencia Guderian le habÃa dado una hora lÃmite: las 14:00. Si para entonces Calais no habÃa caÃdo, avisó, las tropas se retirarÃan y la ciudad serÃa arrasada desde el aire.
En torno a las 11:30 la artillerÃa calló, y la infanterÃa, apoyada por los panzer, que ejercÃan como fortines móviles, se lanzó al asalto. La lucha fue muy dura a lo largo de la mañana, durante la cual los asaltantes apenas hicieron progresos apreciables. Es posible que la amenaza de Guderian estuviera a punto de ejecutarse, pero a las 13:00 empezaron a llegar noticias distintas. A esa hora, un potente ataque contra el bastión 11 lo pone en manos alemanas. El siguiente paso los lleva a la ciudadela, donde los defensores franceses, mayoritariamente voluntarios (buena parte de sus compañeros se han ido acumulando, completamente derrotados, en la costa al norte de Fort Risban), acaban por rendirse, pues se han quedado sin munición. Son las 15:00 y el jefe británico, que tenÃa su puesto de mando en la esquina noroeste, no tardará en rendirse a su vez.
La hora determinante fueron las 16:00. En ese momento la defensa se desmoronó. Los hombres del 2nd Bn, The King´s Royal Rifle Corps, que ya habÃan tenido que retirarse, en torno a las 13:00, a una posición más allá de los tres puentes, en el barrio del Courgain (el antiguo barrio de pescadores de la ciudad), recibieron la fatÃdica orden de âsálvese quien puedaâ. También en torno a esa misma hora, los combatientes del 1st Bn, The Rifle Brigade, fueron definitivamente arrollados.
Puede decirse que en ese momento Calais habÃa caÃdo, a pesar de que durante toda la tarde y la noche grupos dispersos de hombres seguirán combatiendo aquà y allá, entre las ruinas, y junto a esos pequeños grupos que se refugian en los muelles, algunos barcos de pequeño calado se seguirán arriesgando para sacar de allà a los supervivientes. El último en hacerlo será el Yate a motor âGulzarâ, pintado con cruces rojas, que abandonará el puerto a las 01:00 del dÃa 27 de mayo.
Incendios, humo, ruinas⦠el reconocimiento aéreo efectuado por la RAF a las 12:00 del dÃa siguiente notificará que no se han detectado combatientes en la ciudad. Y sin embargo, un pequeño grupo de una cincuentena de hombres aún aguanta, en el extremo norte del rompeolas este. Serán rescatados durante la noche al 28.