A pesar de la presión enemiga”. Rezaba el titular del periódico Paris-Soir del 2 de junio de 1940, para a continuación añadir: “100.000 soldados aliados han podido embarcarse ya”.
A continuación pasamos a transcribir la noticia completa:
“El perímetro fortificado de Dunkerque aguanta.
Podemos decir incluso que sus medios de defensa y de resistencia han mejorado. A las tropas franco-británicas que ya estaban allí y a las formaciones que se han replegado a lo largo de los últimos días al interior del cuadrilátero han venido a sumarse, durante la noche de anteayer, “grandes unidades” pertenecientes al valeroso ejército del Général Prioux.
– ¿Qué entiende usted por “grandes unidades”? – se nos preguntará.
Se trata, verosímilmente, de divisiones, pero no podemos precisar más.
En concreto, desde hace cuarenta y ocho horas, el perímetro se instala, se refuerza y se reorganiza bajo el mando vigilante y seguro del Vice-Amiral Abrial y del Contre-Amiral Platon.
Detrás de las inundaciones, que se extienden, y resguardados tras las dunas, está, consecuentemente, en posición de contener un ataque inmediato y con fuerza del enemigo.
Este último, por cierto, no ha aumentado la presión. Es a la aviación de bombardeo, que tiene como objetivos los puertos y las playas, que ha confiado la tarea de prolongar sus éxitos y preparar sus movimientos posteriores. De todos modos, a pesar del vigor y de la multiplicidad de los ataques aéreos, los navíos “aliados” han podido traer suministros y encargarse de los destacamentos evacuados hacia Inglaterra y Francia, que ascienden, a día de hoy, a aproximadamente 100.000 hombres. Nuestros “aliados” y la marina han protegido eficazmente, una vez más, las delicadas operaciones de embarque. Gracias a su constante intervención las pérdidas que hemos sufrido son, por suerte, muy reducidas.
Valentía sin suerte.
Llegados a este punto, no ha lugar a esconder que hay una gran inquietud en lo que a la retaguardia del ejército de Prioux se refiere. El tiempo, según transcurre, se va llevando nuestras últimas esperanzas, y debemos temer que su valentía no reciba recompensa.
Pero quitemos la región del norte, donde está terminando una batalla que poco a poco está entrando en la historia, para ir a la orilla del Somme.
Los alemanes parecen interesarse por este sector de un modo particular.
Sabemos que desde el inicio de su infiltración en la bolsa de Picardía, habían establecido entre Amiens y Abbeville una cobertura suficiente para impedirnos restablecer las comunicaciones, ya inexistentes, con, y socorrer, a nuestros ejércitos del norte, amenazados con ser cortados y rodeados.
Actualmente, aunque su dispositivo solo tenga carácter defensivo, tantean el terreno como si estuvieran decididos a no dar cuartel.
Sobre el curso inferior del Somme, desencadenaron ayer dos ataques sobre un frente de dos kilómetros.
La primera, que empezó alrededor de medio día y estuvo apoyada por la artillería, ha sido rechazada. La segunda, lanzada a las 18:15, no ha tenido más éxito que la anterior a pesar del apoyo de varios carros de combate y la participación de la aviación de ataque en picado.
Nuestros hombres han conservado todas sus posiciones y su moral es excelente.
Se habría podido pensar que los reveses sufridos en Flandes –reveses que, en su mayoría, han sido posibles gracias a la traición- dañarían la confianza de los combatientes. Pero, constatamos con alegría que ha sucedido todo lo contrario.”
Baste añadir que dos días después, el 4 de junio, terminaba la resistencia de Dunkerque, y pasadoun día más, el 5, los alemanes iniciaban las operaciones que llevarían a la ruptura de la línea del Somme y a la solicitud de armisticio.
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